JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO: CORTESÍA

Como la marca la tradición en las películas del Viejo Oeste, después del duelo sólo uno quedará con vida, los demás tendrán que conformarse con haber caído con honor. La alegoría sirve para representar lo que será la división Oeste de la Conferencia Americana en la NFL, un sector que ya contaba con talento, y que sin embargo, en los últimos días ha visto potenciado su arsenal con la llegada de Russell Wilson a los Broncos de Denver.

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El mariscal de campo se une a figuras como Patrick Mahomes, Justin Herbert y Derek Carr. La temporada pasada, por grandes lapsos, la división mantuvo un ritmo parejo, sólo fue hasta el final que los Chiefs lograron sacar distancias para coronarse en su división por sexto año consecutivo. Dentro de la locura, los Charges y los Raiders mantuvieron el paso, sin embargo, no pudieron destronar a Mahomes y compañía. Los Broncos tuvieron un buen arranque, pero se quedaron muy cortos en la segunda parte de la campaña.

La llegada de Russell Wilson cambia por completo el panorama.
Con el recuerdo de su último Super Bowl, cuando el legendario Peyton Manning llegó a complementar un equipo prácticamente armado, Denver busca replicar el milagro.

Wilson encontrará una ofensiva con hombres explosivos como el corredor Javonte Williams, y los receptores Courtland Sutton, Jerry Jeudy y Tim Patrick.

La gran incógnita está en su entrenador en jefe y lo que Nathaniel Hackett pueda hacer en su primera temporada al frente del equipo. Denver buscará recuperar el trono de su división después de seis años, aunque en realidad sus aspiraciones van más allá. El Vince Lobardi es el objetivo.

DEFENDERÁN SU TERRITORIO

Más allá de la dolorosa eliminación que tuvieron la campaña pasada, los Chiefs partirán la próxima temporada como los favoritos a conquistar una vez más el Oeste. Patrick Mahomes mantendrá prácticamente todas las piezas de una ofensiva que ha sido indefendible durante cinco temporadas. Hombres como Travis Kelce y Tyreek Hill han sido importantísimos para mantener el éxito.

Acaso las principales dudas en Kansas City está en su defensiva, con algunos pilares como Tyrann Mathieu, Charvarius Ward y Daniel Sorensen en el alambre. El punto no es menor, dado que ahora deberán batallar para frenar ofensivas muchos más poderosas que en los años recientes.

Un escalón por debajo de los Chiefs están los Chargers, equipo que de la mano de Justin Herbert se ha convertido en contendiente. La franquicia de Los Ángeles ha tenido un marcado ascenso desde la llegada del quarterback y sabe que el próximo paso es ganar su división, algo que no consiguen desde hace 12 años.

Los dirigidos por Brandon Staley ya lograron la continuidad del receptor Mike Williams, quien, de la mano de Keenan Allen y el corredor Austin Ekeler complementan una unidad de peligro. A la defensiva, los Chargers respondieron con la llegada de Khalil Mack, un líder que se unirá a Joey Bosa para conformar una frontal de impacto.

En la división, casi como víctimas, están los Raiders de Josh McDaniels. Más allá de su claro espíritu competitivo, la situación luce complicada. Todo parece indicar que Derek Carr continuará en el equipo, algo que de alguna manera los coloca como un equipo competitivo.

Las armas de los malosos son conocidas. Una ofensiva física, liderada por el ala cerrada Darren Waller, y una defensiva que no deja de pelear, fiel al estilo del Maxx Crosby.

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