JUAN ANTONIO DÁVALOS 

FOTOS: ULISES BRAVO 

El esfuerzo de María del Rosario Espinoza tuvo frutos después de años de intenso trabajo: conquistó tres medallas olímpicas que le permiten ser una de las mejores atletas en la historia del deporte mexicano. Aunque no fue sencillo para la taekwondoín trascender en la disciplina. La batalla para quitar todo tipo de estigmas inició desde la misma familia, ya que los hermanos de su padre estaban en contra de que estuviera en un tatami al considerar que no era un deporte de mujeres.

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“De pequeña yo no lo viví directamente, fue más bien mi papá que se enfrentaba al tema con sus hermanos que le decían que por qué invertía tiempo y dinero en un deporte que era para hombres siendo que yo era niña”, confesó.

“Me tocaba ir a competencias locales y regionales y había muy poquitas niñas, pero conforme fue pasando el tiempo fue cambiando esa generación y, hoy en día, hay muchas niñas en el taekwondo”, añadió.

“Lo que me cuentan las competidoras que fueron pioneras en esta disciplina es que antes no había ningún tipo de selectivo, las escogían ya que eran muy pocas”, precisó.

Recordó que en muchas ocasiones le tocó enfrentar a varones, situación diferente a la que se vive en la actualidad. 

“En el taekwondo hubo un cambio muy drástico, sobre todo ahora que vas a una escuela de taekwondo y ya casi son la mitad niñas y la mitad niños, hay veces que hay más niñas”.

“Antes tenía que competir con niños y ahora hay competencias entre niñas con el mismo peso, con la misma edad y con la misma cinta”, remarcó.

María del Rosario Espinoza, quien recientemente recibió su título de licenciatura en administración, señaló que todos los días se debe de reconocer la labor que hacen las mujeres no sólo en México, también en el mundo.

“Ese reconocimiento se tiene que dar no importa a lo que nos dediquemos, o qué es lo que hacemos”.

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“Es un día para recordar, pero todos los días es para reconocernos y que se nos reconozcan la gran labor que hacemos diariamente, ese reconocimiento es por todo lo que enfrentamos ya que muchas veces no se valora ni a la persona ni al trabajo que realizamos”, concluyó.

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