Karen Morán | Enviada

Foto: Martín Gomez | El Sol de Acapulco

No importa el torneo en el mundo, tampoco si es un Grand Slam, Masters 1000, 500, 250 o un challenger; las pelotas de tenis gigantes, esas en las que los grandes ídolos del tenis plasman su firma, siempre son el objeto del deseo de todos los asistentes, y en el caso del Abierto Mexicano de Tenis también son de lo más vendido.

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Por los pasillos del nuevo complejo se puede apreciar cómo los aficionados cargan con ellas en busca de una firma, las gradas y por supuesto, el pasillo por el que los tenistas abandonan la cancha, se encuentran tapizadas de fanáticos en busca de la rúbrica de sus ídolos.

De acuerdo con el encargado del stand de Wilson, marca oficial del Abierto, al día se hacen largas filas por parte de los aficionados que buscan adquirir este artículo, el cual tiene costo de 700 pesos y en promedio se venden 150 ejemplares del mismo.

Lo anterior significa una entrada de ingresos importante a la marca, pues si se hace el cálculo, al día estarían ingresando 105 mil pesos, que multiplicados por los seis días del evento, sería un total de 630 mil pesos, todo sin contar el excedente del sábado, día que asegura el encargado se puede llegar a vender casi el doble.

Las pelotas gigantes son casi tan importantes como los tenistas, un accesorio indispensable para los aficionados, algunos pasan horas esperando a su jugador para obtener la codiciada firma, los que lo consiguen, marchan a casa con una sonrisa de oreja a oreja, como si en su pelota viviera un cachito del personaje al que tanto idolatran.

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Lo anterior hace de estas pelotas el objeto más vendido del estadio, solo por debajo de la comida y la bebida.

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