YAEL RUEDA

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No es un secreto que Roman Abramovich hace un tiempo ha estado alejado del Chelsea, específicamente de Stamford Bridge y de los partidos que se juegan en Inglaterra, por ello es que Marina Granovskaia, directora deportiva, es quien está prácticamente al mando del Campeón del Mundo.

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Según el tabloide británico The Sun, es poco probable que al propietario de los Blues se le permita volver a establecerse en Gran Bretaña, los funcionarios de inmigración tendrían las órdenes de no permitirle el paso al país al magnate ruso. Esto no es una novedad; en 2018, a Roman Abramovich se le retiró su visa en medio de otro conflicto diplomático entre Reino Unido y Rusia.

De acuerdo con la información, la presunta relación de Abramovich con el presidente ruso Vladimir Putin, así como la intervención armada sobre Ucrania serían razones suficientes para sancionarlo con la negación de la ciudadanía británica.

“Tengo un documento filtrado del 2019 del Ministerio del Interior, que dice en relación con el Sr. Abramovich, que sigue siendo de interés para HMG debido a sus vínculos con el estado ruso y su asociación pública con actividades y prácticas corruptas”, aseguró el parlamentario laborista Chris Bryant en la Cámara de los Comunes.

Abramovich fue además uno de los 35 oligarcas señalador por el líder de la oposición rusa, Alexei Navalny como principales apoyos de Putin. Junto a Roman estaría Alisher Usmanov, inversor del Arsenal. Según reportes, el Parlamento Británico apoyó sanciones para ellos.

La situación podría incluso afectar al Chelsea en un momento en el que más se ha visto implicado al dueño en cuanto al tema de los fichajes, especialmente después de obtener su segunda Champions League y el primer Mundial de Clubes de su historia.