JOSÉ ÁNGEL RUEDA | ENVIADO NFL 

FOTOS: JOSÉ ÁNGEL RUEDA | ENVIADO 

A seis días del Super Bowl LVI entre Rams y Bengals, la ciudad de Los Ángeles es como un volcán dormido. Es decir, aún es poca la gente que habla del gran partido, pero todos están a la espera. Y es que ya son casi 30 años que el duelo más importante de la temporada no se jugaba en el sur de California; el último recuerdo se impone al 31 de enero de 1993, cuando los Cowboys de Aikman y los Bills de Kelly dominaban la liga.

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A primer golpe de vista la ciudad de Los Ángeles es inmensa, interminable. Sus vías, esas que en las películas siempre están llenas de carros, van mostrando su diversidad. Por un lado, el SoFi Stadium se levanta en la calles de Inglewood, la “Ciudad de los Campeones”. El estadio no es muy alto, más bien su construcción es hacia abajo, pero eso no evita que lo gris metálico de su fachada, en forma de cuerno, atrape las miradas. Por el otro, el horizonte siempre presenta los altos edificios del Downtown. Ahí se ubica el Centro de Convenciones de Los Ángeles, lugar en donde la NFL tiene su centro de operaciones para el partido del domingo.

NFL EXPERIENCIE

En el Centro de Convenciones está la NFL Experience, el lugar que la liga ha convertido en toda una tradición en la semana previa al Super Bowl. Y es que nadie conoce tanto a sus aficionados como la propia NFL. Ese fanático que no sólo mira cada domingo los partidos, sino que vive la experiencia a través de tantas otras cosas.

El lugar es un sueño para quien disfruta del juego. Apenas en la entrada, una alfombra roja retrata el lujo de la ciudad de las súper estrellas, es una forma de darle la bienvenida al espectáculo de las otras estrellas, las del emparrillado. Las imágenes de Burrow y Stafford son de celebridad. En el interior de la NFL Experience hay de todo, aunque acaso lo que más llama la atención de quien visita es aquello que tiene que ver con el sentido de pertenencia; es decir, los jerseys que ocuparon Tom Brady, o Aaron Rodgers, o Patrick Mahomes, los zapatos, el playbook, todo poderosamente reunido en un mueble que asemeja un casillero. También hay jerseys firmados, en uno de los grandes deseos de todo aquel que sueña con este juego, llevarse algo de quien admira.

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También se invoca al recuerdo, y el poder de una foto, ya sea con el casco del equipo al que se alienta, o con el cuerpo y el jersey, y un lugar dispuesto para la cara del que visita. La otra faceta de la experiencia tiene que ver directamente con el juego. Los aficionados traspasan la barrera de la imaginación y por un momento ingresan al emparrillado, y lanzan pases, taclean, meten goles de campo, eluden tacleadas. O incluso ser drafteado en la tradicional voz del comisionado, que entre tanto presenta a las próximas grandes figuras de la liga.

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El lugar permite, también, ver de cerca el trofeo Vince Lombardi, el mismo que el próximo domingo, Bengals o Rams levantarán bajo la inmensidad del SoFi Stadium. O conocer a grandes leyendas de este juego, en un programa de firma de autógrafos que se desarrollará a lo largo de la semana.

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