Foto: Cortesía | @waynerooney

Wayne Rooney pasó de ser una de las grandes figuras del futbol inglés a sus primeros momentos como técnico profesional. El ex delantero del Manchester United y 10 de la selección de Inglaterra, confesó que no todo en la vida de un futbolista, por lo menos en la de él, es color de rosa, pues hay crisis que son complicadas de expresar, de ver desde afuera y de tomar en cuenta cuando no se viven.

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En una entrevista para The Sunday Times, el astro de la isla contó cómo es que la presión de cargar con el peso de una nación, al ser la figura a seguir tras debutar con 16 años de edad, lo llevó a tomar malas decisiones y cuánto le costó cambiar esos detalles de su vida para progresar como futbolista y como persona.

Rooney aseguró que no sabía por dónde salir de la crisis, pues “”estaba constantemente enfadado y agresivo. Tenía mucho dolor en mi interior. Me llevó mucho tiempo descubrir cómo manejar eso. Fueron momentos muy difíciles”, garantizó el inglés. Pero la solución no fue la adecuada, por lo menos no para un futbolista profesional, pues la encontró dentro de una botella, aunque, si bien no era un secreto a voces que le gustaba beber, sí lo era el hecho de que lo hiciera con tanta frecuencia. “Hubo momentos en los que cuando tenía un par de días libres del fútbol, yo me encerraba y solo bebía para tratar de borrar todo eso de mi cabeza. La gente sabía que a veces me gustaba tomar una copa o salía, pero había mucho más que eso”, expresó.

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Dicho problema pudo acabar su matrimonio, pues el carácter del futbolista se transformó de forma importante y, aseguró, le pesó en el final de su carrera con el Manchester United, aunque tiempo después decidió acudir al psicólogo por ayuda para cambiar de raíz las actitudes.

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