YAEL RUEDA

FOTOS: | CORTESÍA CMLL

La calidad de Rugido en el encordado ha quedado de manifiesta. El público lo sigue y lo apoya, algo que hace mucho no se veía con algún luchador, es por ello que él no tiene miedo de decir que busca convertirse en la máxima figura de la historia en la lucha libre mexicana. No es algo fácil, tiene que igualar o superar a un grande como El Santo, aseguró en charla con ESTO.

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“(No sé si soy el próximo ídolo) lo que sí puedo decir es que, si Michael Jordan es el más grande del basquetbol, Bruce Lee en artes marciales, Schumacher en el automovilismo… El Santo es el personaje más grande de la lucha libre y hay que ser igual o más grande que El Santo, eso es a lo que debo aspirar, claro que aspiro a igualarlo o ser mejor que el señor. Lo que te puedo decir es que estoy trabajando muy fuerte todos los días, si dios permite en un tiempo poderme colocar y que el público me pueda arropar sería algo extraordinario”, declaró emocionado.

“Es una pregunta interesante por dos cuestiones. Es el público el que te va colocando, son muchas circunstancias, la bendición de que te sigan y tengas un buen trabajo, que el personaje sea atractivo, que la empresa te dé el impulso importante, pero también te lo tienes que creer”, agregó.

Aunque ya tenía un recorrido nada envidiable en el mundo de la lucha libre, el 24 de octubre es el que quedará marcado en su memoria porque esa noche debutó en la Arena México, una de las metas por las que tanto se ha esforzado.

“Esa noche lo único que recuerdo es que estaba tras bambalinas y ahí sentí la máxima presión que puede sentir un gladiador del CMLL, estaba con mis compañeros, empecé a gritar para sacar la adrenalina, no recuerdo si la primera caída nos ganaron, pero en la tercera caída tuve la oportunidad de vencer a Hombre Bala Jr. con el suplex que tantos años he practicado y de ahí fue disfrutar, visualizar y entender que no estaba solo, hubo mucho público bonito que me fue a apoyar y eso es gracias al trabajo honesto”, dijo.

Relató que en su infancia también entrenó futbol, cuando apenas era un niño ya quería ser luchador, pero su padre lo castigó y le dijo que sería hasta su adolescencia cuando regresaría a los entrenos.

“A los cinco años entrené también futbol, esto pasó porque en un entrenamiento de lucha olímpica con mi papá, me vomité y me castigó, me dijo que no iba a entrenar hasta que tuviera 15 años, por eso tomé otros caminos, pero un día me decidí a pedir informes a escondida de mi padre. Un día me fue a ver, tuve una exhibición de lucha olímpica y ahí me dijo que se dio cuenta que tengo madera para esto, si no hubiera tenido madera no me hubiera dejado seguir. Gracias a dios me siento bendecido porque soy la alineación de muchas personas que me han apoyado”, sentenció.

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