Yael Rueda

Foto: Refugio Ruiz | Mexsport

La historia de Óscar Pérez con el Cruz Azul fue de mucho amor y éxito, sin embargo, nunca hubiera sido lo mismo si Francisco Palencia no le hubiera puesto el apodo que lo acompaño toda su carrera: el Conejo.

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Luego de intentar alcanzar la Primera División con Atlante, Necaxa y Toluca, Óscar Pérez encontró un lugar en Cruz Azul, donde se convertiría más tarde en una leyenda, sin embargo, eso luciría muy complicado al tener a Olaf Heredia y Alberto Aguilar por delante de él.

“Llegué a Cruz Azul, tuve la suerte de probarme y me aceptan, cuando llego ahí, tú sabes, el chico nuevo, la mayoría de mis compañeros ya llevaban un proceso en Cruz Azul, yo venía de afuera y no conocía a nadie”, relató en una entrevista para ESPN.

La estatura de Pérez (1.72 m) era atípica para un cancerbero, sin embargo, conforme pasaron los entrenamientos, los compañeros se dieron cuenta del gran resorte con el que contaba y eso le valió para que Francisco Palencia le pusiera el entrañable apodo.

Ellos ya tenían una relación en la institución, me ven entrenar, ya con el tiempo y la confianza empiezan a decirme ‘Conejo‘ porque era muy bajito para ser portero, pero la potencia de piernas, la potencia de salto me ayudaba a suplir la baja estatura de ahí empieza a salir lo de ‘Conejo’, por los saltos, entonces se me quedó”, expresó el ahora entrenador de porteros de la Máquina. “El apodo salió del grupo, pero el que me lo puso fue Francisco Palencia, él era muy inquieto, además como que era el de jerarquía y de él salió”.

Pérez relató una anécdota en la que los aficionados no lo ubicaban por su nombre a la salida de los entrenamientos, hasta que les decía ‘Soy el Conejo’ era cuando le pedían autógrafos, pues ya relacionaban el seudónimo con el tercer portero del club.

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“Pedro Duana a veces me daba un aventón cerca de mi casa y a la salida de las instalaciones del equipo los aficionados lo detienen para tomar fotos y a mí me dicen quién eres tú y les digo soy Óscar, ya era tercer portero del equipo, y se quedan pensando, así como que quien sabe quién será Óscar. Ante eso, Pedro Duana voltea y dice ´cabrón´ diles que eres el ‘Conejo’ y la gente reaccionó aaaah eres tercer portero y les dije sí, entonces ya me dijeron fírmame, eso me causó satisfacción, fue bonito porque ya no me conocían por Óscar, sino por mi apodo, es algo que nunca se me va a olvidar”, contó.

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El apodo del Conejo Pérez con Cruz Azul fue algo que lo ayudó a forjar su leyenda en el club, no solamente por lo que consiguió en el equipo, sino también porque los niños se encariñaron mucho con el guardameta, lograron identificarlo más rápido.

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