JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO: Dylan Buell | AFP

Si hay un equipo en la NFL que ha desarrollado su gen competitivo son los Titans. Más allá de las lesiones y la adversidad, Tennessee derrotó 20-17 a los 49ers y en caso de que los Colts pierdan este sábado ante los Cardinals, se habrán coronado por segundo año consecutivo en el sur de la Conferencia Americana. San Francisco, por su parte, puso en riesgo su lugar en la zona de comodines. La derrota de los gambusinos también le permitió a los Cowboys asegurar un puesto en la postemporada, algo que no ocurría desde el 2018.

La NFL es una liga de ajustes. Si en los primeros dos cuartos San Francisco fue capaz de pasarle por encima a los Titans, Mike Vrabel logró cambiar la inercia para llevarse un triunfo de oro. Los 49ers comenzaron con fuerza, amplios dominadores tanto en ofensiva como en defensiva. El buen juego pronto trajo los primeros puntos del partido, con un acarreo de una yarda por parte de Jeff Wilson.

Los viajes a la zona roja fueron recurrentes, sin embargo, los dirigidos por Kyle Shanahan no supieron capitalizarlos. Una intercepción de Jimmy Garoppolo muy cerca de las diagonales frustró uno de esos intentos. Pese al dominio, San Francisco apenas pudo sacar 10 puntos de ventaja antes de la reacción de los Titans. Ese pecado fue su penitencia.

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Tennessee poco a poco fue encontrando sus formas. Si por tierra no pudieron hacer daño, por aire, el regreso del receptor AJ Brown fue fundamental.

Los Titans comenzaron el tercer cuarto con la convicción de que no todo estaba perdido, y así se acercaron en el marcador, primero con un gol de campo de Bullock y después con un acarreo de Foreman que igualó la pizarra.

Con el marcador empatado, llegó el segundo error de la noche por parte de Garoppolo, que regaló el balón y dejó a los Titans en buena posición de campo. Tennesse, motivado, no desaprovechó la oportunidad y tomó la ventaja con un buen pase de Tannehill a Brown, que redondeó su vuelta tras varias semanas lesionado con una actuación de 145 yardas.

Los 49ers hicieron un último esfuerzo por salvar el partido, y tal vez la temporada, con una buena serie que comenzó desde lo profundo de su campo y culminó con un pase “Jimmy G” a Brandon Aiyuk, pero quedó tiempo en el reloj, y los Titans estaban dispuestos a aprovecharlo.

Ahí se elevó la figura de Tannehill, que con una escapada puso a su equipo en zona de gol de campo. Bullock no falló y la victoria de Tennessee. San Francisco tendrá que sacar la calculadora.

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