26, noviembre 2021 - 18:27
Maratón CDMX Miguel Vargas ha corrido todas las ediciones
José Ángel Rueda
FOTO: Cortesía | Indeporte
En una bitácora que llena afanosamente cada que termina una carrera o un entrenamiento, la suma le dice que en los 74 años que tiene de vida ha corrido poco más de 120 mil kilómetros. “Los tengo apuntados, son tres vueltas al mundo, la circunferencia de la tierra tiene 40 mil kilómetros”, dice don Miguel Ángel Vargas, el único corredor que ha participado en las 37 ediciones previas del Maratón de la Ciudad de México. Este domingo correrá una más.
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“Me siento agradecido antes que nada ante Dios, a la vida y a todo lo que nos gusta hacer, hay que agradecer siempre por todo. Si haces lo que te gusta será parte de tu felicidad, no totalmente, pero parte. Y esta gran fiesta, que llevo 38 con ésta, es agradable, positiva, motiva”, cuenta el celebre maratonista.
Lo de celebre no es metáfora, sino que apela a lo literal. La gente lo busca, los amigos lo saludan con respeto, le piden fotos, entonces don Miguel Ángel reparte sonrisas, y acumula para el domingo un buen número de citas. “Allá nos vemos”, dice. Entonces confiesa: “Tengo más de 40 años corriendo, y parezco un niño con el juguetito nuevo”.
La experiencia no le resta la capacidad de asombro. Son las bondades que ofrece la madurez. “Me han tocado eventos maravillosos, cada Maratón es una historia, una película diferente, el cuerpo se comporta diferente, tu mente reacciona diferente, tus emociones, tus sentimientos, tu estructura cambia porque ya vas agotado, son muchas cosas que se dan en una carrera cuando la sabes valorar.
Su familia le cuestiona de dónde saca las fuerzas. Al día corre un aproximado de 15 kilómetros, cinco días a la semana; es decir, un total de 75 kilómetros, casi dos maratones. “Les digo que es gracias a Dios, que me comunico con él, él es mi coach, el que me guía y me cuida, tienes que tener fe en algo y en alguien, tú solito no te mueves, ni el mundo se mueve solito, ni el hombre que llegó a la luna llegó solo, abajo traía un equipazo. Así estamos nosotros, traemos un cuerpo, un alma, un espíritu que nos mueve. Yo tengo una frase que dice: ayer fui guerrero, hoy gladiador, mañana titán, y quiero morir como titán”.
En los logros de Miguel Ángel Vargas hay pocos secretos. “Constancia, disciplina, compromiso con uno mismo, amarse a uno mismo, hacer las cosas con amor para que no te duela. Cuando uno aplica todos estos valores, los llevas a la práctica, se hace más fácil todo, todo es más sencillo, y estás comprometido, y sale esa fuerza, ese ánimo, esa esencia”.
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Don Miguel Ángel ha recorrido la Ciudad de México a la carrera. Mientras corre y la distancia se hace larga, mira los edificios, y en el esfuerzo es capaz de advertir la evolución arquitectónica de la ciudad. Luego, cuando las fuerzas se agotan, recurre a sus pensamientos. “Cuando ya estás en la carrera, en la pista, vas haciendo todas tus películas, tú te las pones. Hay momentos que ya se acaban todas tus películas, y aparece ese sentimiento divino que te comunicas con las fuerzas divinas, con Dios, porque te agota todo. Ya después de todas las películas dices qué me queda y me falta mucho, entonces tengo que comunicarme en oración para poder ir matando el tiempo”.
El cuerpo, para el maratonista, es su santuario. Algunas molestias lo aquejan, pero el rendirse, en la vida y en las carreras, nunca ha sido una opción. “Así voy a correr, traigo la ciática en la pierna izquierda, pero lo voy a correr, hasta donde Dios me permita, pero no hay que faltar, no hay que vencerse, no hay que rendirse”.
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