Gabriela Ranger y Brian Sales

Foto: Daniel Camacho

Esta vez fueron miles los aficionados auriazules los que tomaron por asalto las calles aledañas al estadio Nemesio Diez, unos con boleto en mano y otros tantos buscando en la reventa el mejor lugar y precio para hacerle frente a la ola escarlata en el infierno.

Como suele suceder en los partidos entre Toluca y Pumas, la afluencia de visitantes llegó a ser intimidante hasta para los propios cuerpos de seguridad, que con reservas los escoltaron desde cuadras antes, hasta el ingreso a la grada de general, para evitar algún conato de bronca o provocaciones con los seguidores rojos de hueso colorado.

Previo al duelo para definir al penúltimo invitado a la liguilla por el título, la fiesta fue diferente y los de la UNAM fieles a su estilo recibieron con rechiflas y mentadas al cuadro de casa, mientras que a los suyos, con el goya les dieron la bienvenida desde dos horas antes de la batalla final.

Con el cambio de aforo en el Nemesio Diez,  se pusieron a la venta más de 22 mil boletos, mismos que a decir del equipo de logística, estaban a minutos de agotarse, por lo que el lleno estaba anticipado.

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Con el protocolo sanitario impuesto en el Estado de México, se permitió el ingreso  a niños sólo mayores de dos años, acompañados por adultos y en todo momento el personal operativo del inmueble los invitó a hacer uso del cubrebocas, a usar crema sanotizante así como evitar tumultos en accesos, sanitarios y salidas de emergencia.

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Porras arriban en paz al Nemesio Diez

En uno de los duelos mas llamativos de la reclasificación de la Liga MX, Toluca y Pumas se midieron en el Nemesio Diez con la intención de conseguir su boleto a los cuartos de final. Las porras de los equipos arribaron al recinto sin ningún inconveniente Gracias al fuerte dispositivo que hizo la policía local para separar a los grupos de animación.

La primera llegada la hicieron los aficionados auriazules, quienes viajaron desde la Ciudad de México para alentar a su escuadra. Con cánticos y muchos ánimos fue como hicieron el recibimiento del camión de los locales. Por su parte, la Banda del Rojo hizo lo propio con sus bombos e instrumentos.

No hubo nada que lamentar en cuanto a la llegada de los dos grupos de animación. Ambos entendieron que lo principal está en el terreno de juego, por lo que ingresaron al Nemesio Diez sin mayor contratiempo e hicieron su trabajo desde las tribunas del recinto.

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