MIGUEL ÁNGEL MUJICA | ENVIADO

FOTO: ERIK ESTRELLA | ENVIADO

Monterrey.- La quinta estrella del Monterrey a nivel internacional fue motivo para despertar a toda la ciudad.

La Macrolpaza no se pudo resistir al festejo de los miles de aficionados de Rayados que se dieron cita en el sitio donde se festejan todos los triunfos deportivos de la ciudad, sin importar los colores que representen.

El centro de la ciudad de Monterrey se pintó de blanco y azul en cuestión de minutos tras el silbatazo de Fernando Hernández. La gente comenzó a llegar en sus carros y con el claxon mostraron su apoyo, pero lo verdaderamente estruendoso estaba por llegar.

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Los aficionados que estaban en el Gigante de Acero comenzaron a planear la partida rumbo al sitio donde se festeja en Monterrey.

La Macroplaza simplemente no se pudo resistir a los Rayados. Fueron cuestión de 20 minutos en los que los aficionados se trasladaban desde Guadalupe al centro de la ciudad.
En un abrir y cerrar de ojos, de ser cinco o seis carros, se transformaron en más de mil personas alentando con todo el sentimiento.

El cántico “¡Vamos Monterrey, Monterrey, Monterrey, vamos Monterrey!”, sacudió el centro de la ciudad ante la mirada de los policías que recién cerraban las inmediaciones del centro regiomontano.

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La pregunta no se hizo esperar “¿En dónde están, en dónde están, esos chilangos que nos iban a ganar?”, se cuestionó toda la gente que dejaba el corazón y la garganta como celebración después del quitó trofeo de esta índole para el Monterey.

Después de tres horas, la gente comenzó a retirarse del lugar, pues el equipo no iba a arriba, los Rayados se fueron a descansar con la mente en el encuentro del domingo ante el Atlético de San Luis donde intentarán romper la malaria que tienen de cuatro encuentros consecutivos sin la victoria.

Así fue el festejo de la gente, con emoción, pasión y vitalidad, después de dos horas en las que su equipo les regaló una nueva alegría en el terreno de juego.

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