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9, octubre 2021 - 8:00

┃ Yael Rueda

Relampago

Yael Rueda

FOTO: Martín Montiel | ESTO

Sin el deporte, tal vez no existiría Relámpago. Sin la disciplina y el ejercicio, quizá la persona que le da vida a este personaje estaría hundida en las adicciones o, incluso, habría fallecido. Si hay algo que este luchador ama como a nada es la lucha libre porque le salvó la vida, lo alejó de las calles y le dio la oportunidad de comenzar de nuevo.

“La lucha libre es un deporte que yo amo tanto porque, hablándote de mi vida personal y no me da pena decirlo, me gusta transmitirlo para los jóvenes, que se den cuenta que cualquier deporte te ayuda a salir de malos hábitos como los que yo tuve de más joven. De los 13 a 19 años mi vida estuvo perdida, viví en las calles, tuve problemas de adicciones, estuve en centros de rehabilitación y mi vida no cambiaba hasta que conocí la lucha libre”, aseguró en entrevista con ESTO.

Relámpago estuvo a nada de morir: lo apuñalaron y el arma dañó el pulmón. Ése fue el momento en el que decidió que tenía que cambiar, así que comenzó a buscar trabajo, lo encontró, pero además se topó con la lucha libre.

“Llegué a tocar fondo cuando llegué a un hospital casi muerto. Me acuerdo que me habían navajeado, me dieron en el pulmón y fue la segunda vez que acabé en un hospital por una herida grave, ahí sentí la necesidad de hablarle a dios y al tiempo se fueron dando las oportunidades en mi vida.

“Ésa fue una de las malas experiencias. Me andaba cazando otra banda, me alcanzaron entre varios, eran como 11 vándalos y me mandaron al hospital. Fue muy triste porque me dejaron caer en un arroyo y la lluvia me aventó hasta el siguiente puente, me alcancé a agarrar de una rama, como pude salí detrás de una casa y ahí fue donde me auxiliaron, pero perdí el conocimiento, fue un buen tiempo de rehabilitación para volver a agarrar fuerza en el pulmón”, relató visiblemente consternado.

Después de la grave situación, Relámpago se acercó a una fábrica para comenzar a trabajar, y aunque la falta de estudios parecía ser un impedimento, el luchador consiguió ingresar y ahí conoció a su primer profesor.

“Comencé a trabajar en una fábrica, yo ni estudios tenía, gracias a dios empecé a cambiar, me ocuparon porque necesitaban personal, le dije a la de Recursos Humanos que yo la verdad no tenía ni la primaria, pero que quería superarme y yo creo le conmovió tanto mi situación que me dio trabajo”, expresó.

“Ahí conocí a un luchador que trabajaba como Ráfaga de Oro, él fue mi primer maestro y me jaló a la lucha libre. En la fábrica comencé a alejarme de los malos hábitos, pero seguía la tentación, de repente recaía y no tenía cambio hasta que conocí la lucha libre. A él le debo mucho, después fue como mi hermano, pero él me retiró de los vicios y me empezó a gustar el deporte, no me gustaba la lucha libre y ahora es lo que más amo porque me alejó de esa vida triste”, sentenció.

EL GYM SU OTRA PASIÓN

Relámpago se ha ganado una importante reputación como entrenador en los gimnasios donde ha trabajado, actualmente lo hace en Sin Cara Gym y ha demostrado mucho amor por este empleo, porque es el que le permite tener un ingreso seguro día con día, incluso lo ha catalogado como “algo sagrado”.

“He crecido mucho como entrenador, me sigue mucho la gente. Me siento orgulloso de ver cómo la gente que quiere bajar de peso lo logra a través de mi motivación, mi conocimiento, me siento muy contento, este trabajo para mí es algo sagrado que ha sido un sostén en la CDMX cuando se vienen tiempos difíciles en la lucha libre, esa es una carrera difícil que así como te puede dar, también te quita, por eso cuido mucho este trabajo”, compartió para el Diario de los Deportistas.

El luchador relató que su otra pasión nació debido a que un programador de la Triple A hacía énfasis en que no tenía físico, era muy delgado cuando comenzó a luchar, eso lo tomó de motivación y ahora ya cuenta incluso con certificaciones como entrenador personal.

“Me empezó a gustar lo del gimnasio, yo tengo bien presente que cuando debuté en la Arena Coliseo de Monterrey, el Copetes Salazar me dijo que parecía una lagartija, entonces lo agarré positivo, me empezó a gustar de ahí el gimnasio. Cuando llegué a la CDMX, comencé a buscar trabajo, aunque sea de limpieza porque no tenía conocimiento como entrenador, en la mayoría de los gimnasios te piden que estés certificado. Fue pura chiripa que me dieran trabajo de entrenador, al patrón que tenía le gustaba mi atención con la gente, después empecé a certificarme como entrenador personal, para mujeres, farmacología deportiva, nutrición, suplementación y después me sentí más orgulloso de mí”, cerró.

SUFRIÓ PARA GANAR UN LUGAR

El sueño de alcanzar el estrellato en la lucha libre mexicana sigue intacto. Relámpago ha avanzado muchísimo, pero todavía falta camino por andar, él lo sabe, pero siente orgullo de llegar hasta donde hoy se encuentra, sobre todo porque cuando llegó a México tuvo que sufrir para comenzar a destacar.

“Cuando me vine, lo hice con todos los sueños de darme a conocer como luchador, llegué batallándole, me quedé tres días en la central, me quedaba en unos cartones y luego me fui con unos compañeros que también le sufrieron, ellos están ahorita en Triple A, son los del Poder del Norte, Mocho Cota Jr y Tito Santana, ellos me dieron posada en el departamento de Chicana, ahí vivíamos como ocho o nueve luchadores, a cada uno le ha ido bien, otros se han regresado a Coahuila, yo sigo aferrado a mi sueño”, relató para ESTO.

Las puertas se le abrieron en una de las empresas grandes de México, la Triple A le brindó la oportunidad durante dos años y después decidió regresarse a su natal Coahuila para estar cerca de su familia.

“Lo más difícil es despedirte de tu familia, de tus hijos, fue muy difícil despedirme de ellos, de mi madre, de mis hermanas, pero este sueño se te mete tanto que no eres conformista. Cuando comencé en Coahuila, empecé a pisar la Arena Coliseo de Monterrey, me sentía chiquito ahí, quería irme a lo más grande y me vine a tocar puertas, gracias a dios llegué con buen ángel, con buena estrella. Se me abrió la oportunidad en Triple A en el 2010 y hasta el 2012, lo que me dio Triple A fue una experiencia muy padre porque no a todos se nos da la oportunidad de estar en una empresa grande con televisión y todo. Después decidí independizarme, quise regresar a Coahuila con mi familia y la lucha libre me volvió a jalar a la Ciudad de México, pero ahora como independiente”, comentó.

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Luego de año y medio con poca actividad por la pandemia de Covid-19, Relámpago ya comenzó a trabajar de nuevo en los encordados, la empresa IWRG es la que le ha dado chance recientemente, pero quiere destacar para que muchos promotores lo llamen.

“Ahorita quiero enfocarme a Relámpago, que se desempolve y que la gente vuelva a escucharme, hacer bien mi trabajo, innovando y ahorita como independiente hay mucha fuente de trabajo, nomás es ponernos las pilas y seguirnos preparando, aquí voy a estar a la orden en la Ciudad de México”, sentenció.

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