Miguel Ángel Rodrigo Mújica

FOTO: Mexsport

La mayor gesta para uno y la peor humillación para el otro. Los más populares, queridos y los que más títulos tienen se enfrentaron sólo en una ocasión en una disputa por el título.

La temporada 1983-84 fue soñada en todo sentido. El torneo tuvo altas y bajas, unos cuartos de final lleno de emociones y un par de semifinales con los cuatro grandes inmiscuidos. América superó a Cruz Azul y Guadalajara a los Pumas para colocarse en la final y hacer que el país se partiera en dos.

La ida en el Jalisco fue emotiva. Un 2-2 dejó la moneda en el aire para la vuelta en el Azteca.

El Coloso de Santa Úrsula estuvo listo para el encuentro. Carlos Reinoso por un lado y Alberto Guerra del otro, plantearon un encuentro diferente. A las 12 del día, el silbato de Antonio R. Márquez sonó para darle inicio al encuentro.

De un lado Zelada, Tena, Bravo, Ortega, Aguirre y Brailovsky como protagonistas. Del otro lado Madero, Quirate, Gómez Junco, el Snoopy, Cárdenas y Rivas representaban al Guadalajara.

El juego cambió al 26, cuando Manzo se fue expulsado por una entrada por la espalda a Rizo. R. Márquez no dudó y dejó a los cremas con uno menos. El descanso se acercó cuando el Snoopy Pérez escapó. Zelada lo derribó sin saber que comenzaría con la reacción crema desde una pena máxima en contra. Silencio, cámara, acción… Una estirada perfecta del argentino le negó el gol a Eduardo Cisneros.

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En el complemento, la inspiración llegó. Tras un rebote, Bacas hizo el primero. Tena amplió con un cabezazo certero. Un nuevo penalti acercó a los tapatíos gracias a Fernando Quirarte, pero todo lo sentenció el Vasco Aguirre con una jugada espectacular.

No hubo más en el Azteca. América lo hizo, la hazaña más grande en su historia y la humillación más grande que le ha dado a su eterno rival.

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