José Ángel Rueda

FOTO: Adrián Macías | Mexsport

Con la satisfacción de haber cumplido un sueño, la gimnasta Rut Castillo dedica las semanas posteriores a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para descansar. En el acto, sin embargo, los pensamientos sobre su futuro son constantes. La figura de París 2024 asoma un horizonte más cercano que cualquier otra justa; son apenas tres años de preparación, un doble filo del cual la gimnasta es consciente, por lo que la decisión de emprender la aventura parisina aún no está tomada.

“Por ahorita aún no llego a ese punto de tomar esa decisión, faltan tres años, todo mundo me ha dicho que es un ciclo corto, que debería de pensarlo, y sí, en realidad todos los atletas tenemos eso a favor, que solamente será el 2022 de preparación, porque en el 2023 tendremos Centroamericanos y Panamericanos el mismo año, se pasará rapidísimo, sin embargo, aún no tomo una decisión para poderme mentalizar en el ciclo olímpico”, confesó la tapatía.

A sus 30 años, Castillo llegó a Tokio con plena madurez como gimnasta. Más allá de sentirse capaz de luchar por un lugar en lo que serían sus segundos Juegos Olímpicos, la situación no es sencilla. Ella misma lo explica.

“Necesito platicar con mi entrenadora y con la Federación para ver todas las proyecciones del próximo ciclo, hay algo en la gimnasia rítmica que cada ciclo olímpico cambia el código de puntuación, entonces el próximo año entra un nuevo código que se viene mucho más difícil, entonces sé que le voy a tener que echar el doble de ganas y trabajar en cosas muy específicas, por ejemplo, la dificultad corporal volverá a tener mucha mayor importancia”, explicó.

Conforme pasan las semanas las sensaciones de lo que fue la justa nipona toman forma. En lo individual, Castillo se convirtió en la primera mexicana en participar en la gimnasia rítmica, sin embargo, la historia también se escribió en lo colectivo, con Alexa Moreno en la artística, Dafne Navarro en el trampolín y Daniel Corral en la gimnasia varonil.

“Viví unos días maravillosos en Tokio, para mí fue un súper logro haber llegado ahí y haberme presentado en esa arena, y haber disfrutado las rutinas. Me siento totalmente satisfecha con mi participación en la clasificación histórica”, dijo.

El romper esa barrera llevó tiempo. Son ya 15 años los que tiene Rut Castillo en la gimnasia rítmica. Desde aquellos primeros entrenamientos en el CODE Jalisco, cuando sus piernas largas llamaron la atención de las entrenadoras, comenzó a soñar con ese momento. Tras una trayectoria exitosa en Juegos Centroamericanos, donde acumula 14 medallas, ocho de ellas de oro, la mexicana logró dar el salto a la máxima justa.

“Mi gran sueño era clasificar a unos Juegos Olímpicos, pero también era algo que lo veía más bien lejano, me preguntaba cuándo íbamos a poder abrir esa puerta, entrar a ese nivel, y hoy que se ha logrado gracias a muchas personas, creo que sí puede marcar una diferencia, sobre todo en la mentalidad de las niñas. Me da gusto haber abierto esa puerta, espero que así sea”, agregó.

SE SIENTE COMPROMETIDA

El hecho de haber abierto esa puerta le ha dando infinitas satisfacciones, sin embargo, también ha incrementado su compromiso con la disciplina, sobre todo ante las expectativas de cara al futuro, no sólo con ella, sino con las próximas generaciones.

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“Me siento comprometida con mi disciplina, al haber logrado esta clasificación me gustaría seguir siendo un referente en la gimnasia y que esto se puede volver a presentar, me siento muy contenta, feliz, y con ganas de seguir sumando”, reconoció.

“Hay varias cosas que se deben de reforzar en la gimnasia rítmica nacional, una es la capacitación de entrenadoras, en el sentido que poca tiene buen nivel para formar gimnastas de base, es decir, hasta los 10 o 12 años, pero ya para entrar a pensar en un nivel competitivo juvenil o mayor, con proyección para pensar en un ciclo olímpico, hace falta más conocimiento”, cerró Castillo.

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