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2, septiembre 2021 - 0:18

┃ Miguel Angel García

José Luis Camacho, voceador de la CDMX

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

FOTOS: OSWALDO FIGUEROA 

ESTO siempre ha sido un periódico que ha querido al voceador, es algo que te puedo decir con toda seguridad. Mi deseo es que siguiera existiendo y que no desapareciera… es un periódico vendible”.

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Es José Luis Camacho Carmona, nacido el 25 de junio de 1949 en la colonia Santa María la Ribera, en el entonces Distrito Federal. Desde hace 50 años es voceador, como en su momento lo fueron su abuelo y su padre, ambos nacidos donde se avecindó aquel famoso ladrón, Jesús Negrete, mejor conocido como El Tigre de Santa Julia.

Los años son muchos, y los recuerdos se amontonan cuando Don Luis rebusca la razón de que su abuelo se dedicó a vender periódicos. Lo que sí recuerda muy bien es que, en su caso, no quiso estudiar, sino hacerse de un puesto de revistas. “De muy joven me gustó un puesto que estaba en el Eje Central, muy grande y bastante completo de revistas y periódicos. Me dije, algún día tendré uno igual”, añora Camacho Carmona, quien al terminar la secundaria cumplió el sueño de ser dueño de un puesto.

A cincuenta años de aquel objetivo concretado, José Luis se mantiene en el mismo lugar y con la misma ilusión. Su puesto de periódicos está a un costado del mercado de San Cosme, es grande y muy completo, como siempre quiso tenerlo, y así lo mantiene hasta la fecha. En su mejor momento exhibía hasta 400 ediciones, hoy son 200 al mes.

“No puedo dejar de estar aquí más de dos días. La verdad es que se extraña estar vendiendo periódicos”, dice con compromiso.

En todos estos años el voceador y expendedor ha tenido una relación especial con el periódico ESTO. Desde cuando niño iba con su padre a recibir los diarios, por el año de 1955.

“Cuando tuve mi primera caseta, el ESTO me apoyó con los vidrios, también me apoyó con mobiliario en ese entonces. Ha sido un vínculo muy especial”, asegura.

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José Luis y sus clientes han notado que los tiempos cambian y que la información que ahora contiene el ESTO es más concreta y objetiva. “Tiene el mismo contenido de información, pero ahora más resumida, más corta”, destacó.

Don José es asiduo a la bicicleta de turismo, como buen voceador. Todavía la utiliza, como en aquellos tiempos cuando transportaba la torre de periódicos en el portabultos. Sin embargo, el inmenso tráfico hace más complicado andar sobre las llamadas “burras”, no por nada su brazo izquierdo lo tiene sostenido por un cabestrillo, derivado de una caída en bicicleta.

Desempolva más recuerdos y aparece el ESTO Azul, una edición que era muy famosa en esa época de oro. “Me gustaba leerlo mucho, no había muchas formas de enterarse de las noticias y ESTO era de los más completos, incluso siempre se vendió más que el resto de los periódicos”, indicó.

En 1969 contrajo nupcias con María de Lourdes Vázquez, con quien procreó tres hijas y un varón: Martha, Alicia, Patricia y José Luis. Todos han hecho un gran equipo y han salido adelante gracias al trabajo de su papá, con quien cada uno ha colaborado arduamente.

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Fiel a las revistas y a los periódicos, Don José Luis cree que de todos modos algún día se acabarán las ediciones impresas. “Hoy en día, con eso de las redes, ya no se vende igual, pero yo espero que jamás desapareciera el papel. Actualmente han desaparecido muchos puestos. Es triste porque, pero es la realidad. Yo me he mantenido porque le metemos duro mi esposa y mis hijos. Siempre abrimos y nos gusta que tenga de todo. Siempre me han chuleado mi puesto”, destacó.

Don José Luis encuentra una sencilla explicación a la desaparición de puestos, y es que a mucha gente ya no le interesa el trabajo, estar horas y horas en el puesto. “A los jóvenes ya no les interesa, “pues ya no es negocio”. No obstante, su puesto le ha dado todo. “Aquí comencé con mi esposa expendiendo el periódico sobre dos hojas de papel que poníamos en el piso. El ESTO me apoyó para poner tablones y de ahí fui haciendo la ronchita para comprar esta caseta”, dijo.

A 50 años de iniciar en el mundo de los voceadores y reconocer al ESTO como uno de los mejores periódicos, Camacho Carmona se mantiene en pie, estoico, como roble, ante las adversidades, la modernidad y las bajas ventas. Cada día se enfunda su mandil de mezclilla esperando que mucha gente se incline por las ediciones en papel.

“Nunca he envidiado a nadie y en este tiempo jamás he tenido problemas con nadie. Mi felicidad radica en el respeto”, aseguró.

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