YAEL RUEDA

Fotos Cortesía Club Tijuana

Tijuana pudo sumar su primera victoria del torneo, pero no fueron capaces de sentenciar y la malaria se extendió a cinco partidos sin ganar. Los locales tuvieron un par de ocasiones claras para sentenciar el duelo ante Puebla, perdonaron y terminaron cediendo un punto en el duelo correspondiente a la fecha cinco.

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Lucas Rodríguez dio esperanza a los fronterizos con su gol tempranero, pero un cabezazo de Guillermo Martínez sentenció las acciones, marcador final 1-1.
Los Xolos no permitieron que hubiera siquiera un minuto de estudio. Desde el primer momento se fueron al frente con toda la intención de hacer daño, apenas en el primer embate consiguieron tiro de esquina.

El centro desde la banda derecha fue hacia el primer poste. La pelota fue cortada por la zaga, sin embargo, cayó justo en la zona en la que estaba Lucas Rodríguez. Tití la prendió de volea y reventó la red. El festejo estalló en la frontera norte del país.

La mordida tempranera pareció no ser suficiente. Javier Salas perdió el balón en la media y fue tocada hacia adelante. La redonda picó en el césped y la zaga poblana fue incapaz de competir. Mauro Manotas esperó un tiempo, dejó que Rodríguez se acercara y cedió para que el Tití jalara al gatillo. Todo se ahogó en un costado de la cabaña.

La Franja respondió con Fernando Aristeguieta. El Vikingo intentó con un disparo que apenas pasó por un costado de la cabaña defendida por Jonathan Orozco; George Corral también hizo el intento con un riflazo, pero la acción se ahogó en la línea de fondo y todo quedó en una llamada de atención para los Xolos.

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En el complemento, Nicolás Larcamón agitó su banquillo para buscar el gol del empate, ingresaron Parra, Escoto y Martínez. A nada se quedó el 14 de emparejar los cartones. El volante se encontró totalmente solo en el área y la prendió de volea, el remate no fue atinado y la mandó por encima de la cabaña.

Xolos contestó con un par de jugadas de Jordi Cortizo. En la primera arrastró al meta rival, pero no se encontró cómodo para fusilar; la siguiente fue un balón en profundidad, recortó sobre la marcha y sacó balonazo hacia el segundo poste, Silva se lanzó y atajó espectacularmente.

Los cambios de Larcamón sí surtieron efecto. Amaury Escoto mandó centro desde el costado derecho, Guillermo Martínez se elevó y asestó un martillazo que dejó inmóvil a Orozco.

No hubo más en el partido, el cronómetro llegó a su final y los puntos se dividieron en la perrera más grande de México.

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