Marco Montoya

FOTOS: Luis Garduño

A la selección mexicana de béisbol le pasaron por encima en su propia casa, la novena tricolor batalló para dominar a los maderos de un combinado de República Dominicana, que luce listo de cara al último clasificatorio de la categoría.

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15-4 le perteneció la pizarra a los caribeños en el primer ensayo tricolor rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio. En el debut de Benjamín Gil como el manager nacional, sus pupilos se vieron superados por un rival que podrían reencontrarse en la justa veraniega.

Nueve carreras en el quinto rollo marcaron el rumbo del encuentro, los lanzadores Salvador Valdez y Mario Morales sucumbieron ante los bates visitantes, a la defensiva, Adrián González no pudo contener un par de tablazos que rozaron la primera colchoneta que defendió, uno levantó el polvo del diamante y continuó su rumbo, el otro pegó en su guante, pero se escapó. Al Titán se le notó la veteranía.

La historia comenzó gris como el cielo que predominó en la CDMX, en el episodio inicial el cuadro dominicano pisó tres veces el plato, el racimo de rayitas llegaron a través de un elevado de sacrificio y dos sencillos.

Otro par de anotadas entraron dos capítulos después, Johan Mieses despachó un jonrón por el jardín central que desde el momento en que conectó la pelota se sabía que acabaría en las tribunas, el cañonero se detuvo unos instantes para admirar su bombazo. Julio Rodríguez deambulaba por las bases.

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El abridor Lisalverto Bonilla se mantuvo intratable durante sus dos rollos de labor, ante la necesidad de guardar ese brazo para el Preolímpico de Puebla, abandonó temprano el encuentro. En su lugar ingresó Leuris Gómez, los locales agradecieron el movimiento y cayeron sobre el derecho.

La reacción tricolor llegó con imparables oportunos, Christian Zazueta se convirtió en el primer elemento mexicano que se embasó, luego Carlos Figueroa mostró su velocidad tras alcanzar la primera colchoneta con un hit dentro del cuadro.

El cero se rompió por conducto de Ramiro Peña, el jugador de los Sultanes de Monterrey le dio a la pelota lo suficientemente colocado para que picara en el corazón del campo; en medio del segunda base y el jardinero central. Michael Wing colocó otra más a través de un sencillo, la entrada parecía dar más, sin embargo, Adrián González falló con un piconazo.

Alexis Wilson encendió el Estadio Alfredo Harp Helú, el cátcher disparó un cuadrangular por el prado izquierdo que encontró a Antonio Lamas en las bases. El momento había cambiado de bando, pronto regresó con los visitantes.

Salvador Valdez perdió el comandó y empezó el desfile dominicano. Juan Francisco se voló la barda, hasta allí llegó su actuación. La línea del pitcher culminó en cuatro innings de trabajo, ocho hits permitidos y siete carreras.

Mario Morales ingresó sin secretos, en un pestañeo se llenaron las bases sin elementos fuera, el combinado caribeño tomó sus lanzamientos como una práctica de bateo, sencillos, dobles y un wild pitch decretaron la paliza. La selección nacional ya no reaccionó, 20 imparables les conectaron sus rivales. El próximo rival será Venezuela, también sediento de demostrar que tiene con qué pelear por el último boleto de la especialidad para Tokio.

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