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22, mayo 2021 - 7:53

┃ Rubén Rodríguez

Hipodromo

Rubén Rodríguez

Foto: Cortesía | Miguel Ángel

En ninguna parte del mundo resulta fácil la vida de jockey, debe enfrentarse a dietas para no subir de peso, madrugar, caídas, lesiones y una preparación exigente, razón por la cual por mucho tiempo las carreras de caballos en México eran exclusivamente para hombres, sin embargo, poco a poco las mujeres han ido ganando espacios, demostrando que también en las competencias de equinos pueden destacar.

Como muestra de ello, este sábado 22 de mayo, el Hipódromo de Las Américas presenta un hecho histórico para la Hípica mexicana, el I Desafío de Jockettas, un enfrentamiento entre ocho jóvenes guerreras, de edades entre los 16 y 40 años. En ningún otro año se había contado en el Óvalo de Sotelo con este número de mujeres jinetes en activo.

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Todas ellas han cumplido su meta, que es debutar en el Hipódromo de las Américas, y que, debido a su constancia, garra y energía, se han ido ganando la confianza de entrenadores y propietarios. Ellas son las protagonistas de esta historia.

Mujer decidida

Desde que Alejandra Luna vio montar a su padre y posteriormente entrenar caballos, supo que estaba destinada al mundo de las carreras de caballos. Su preparación la realizó en cuatro años, por lo que en 2018 estuvo lista para debutar. Piensa que para permanecer en el complicado ambiente de las competencias equinas debe tener constancia, dedicación y sobre todo quitarse de la mente el “no puedo”.

“Veo muy bien que montemos juntas en el Primer Desafío de Jockettas, es una gran oportunidad para nosotras de demostrar que somos capaces, y tenemos lo necesario para competir ante los hombres”.

Mamá jocketta

Jazmín Larios debutó en el año 2014, tenía 14 años que una jocketa no había competido en el Hipódromo de Las Américas. Fue una de las pioneras que abrieron el camino para que las mujeres comiencen a hacerse presentes. Jazmin se retiró de las pistas por cuatro años para dedicarse a la maternidad, pero con el apoyo de su familia pudo regresar para seguir cumpliendo sus sueños.

“Me da mucha emoción montar en la Carrera de Jockettas, y me alegra el corazón al ver que ya somos ocho mujeres. Siento que hemos dado un paso gigantesco y se demuestra que la hípica no sólo es de hombres. Además, el Desafío va a impulsar a más jóvenes a prepararse para seguir sus sueños”.

La más joven

A sus 16 años Brenda Hernández es una de las mejores jockettas de Sotelo. Su experiencia va más allá del Hipódromo, pues comenzó montando desde los 12 años en los llamados carriles guiando a caballos de la raza cuarto de milla. Pero persiguió su sueño, lograr debutar y ganar apenas en marzo de 2021 en el Óvalo de Sotelo.

“Hay que luchar y derribar obstáculos, y por eso me siento muy feliz de participar en la carrera del 22 de mayo, siempre he dicho que las mujeres podemos hacer lo mismo que los hombres, que nos reconozcan, y por eso celebro que hagan una carrera para nosotras”.

Cuenta con gran carisma

Jennifer Rodríguez nunca se ha detenido por los malos comentarios, directos o indirectos, los recibe con humor. Desde muy joven sintió curiosidad por montar caballos, y gracias al apoyo de su familia ingresó al Hipódromo para dedicarse a lo que le apasiona. Su constancia le ha permitido montar para diversas cuadras entregando buenos resultados

“Es muy padre el estar con mis compañeras en una misma carrera, el saber que ya somos más es algo increíble. Causa nervios, pero me emociona mucho. Hemos luchado por ello, así que es un gran triunfo el que se haya hecho, que además es histórico. La carrera es un reconocimiento a nuestro esfuerzo, sin embargo, es importante seguir enfrentándonos a hombres para seguir mejorando nuestro aprendizaje. Esta carrera será el parteaguas para que nuevas mujeres se vayan sumando pues quizá al vernos competir haya más interés”.

Sigue el legado

El padre y hermano de Michel Lara son jinetes, ella también eligió ese camino. Lo antepuso ante todo y logró completar su meta, ser jocketa profesional. No sólo ha montado en

México, sino también cuenta con experiencia en Canadá. Afirma que mucha gente aún se empeña en compararlas a los hombres, pero que la fuerza no lo es todo, sino maña e inteligencia

“Se me hace emocionante participar en el Desafío porque nunca me ha tocado montar con todas, y ahora es nuestro turno de brillar juntas. La carrera es un reconocimiento, y aunque muchas personas intentaron cerrar las puertas, nos aferramos más y ahora ya somos ocho, y seguramente vendrán más.”

Tiene su historia

Su tío fue uno de los mejores jinetes que pisaron el Hipódromo de Las Américas, por lo que llevar su apellido es un gran peso, aunque Gabriela Córdova Alferez lo psabe soportar, ha demostrado que puede y tiene lo necesario para salir adelante. Tiene muy poco que debutó, apenas el 30 de abril, sin embargo, asegura que siempre da lo mejor de ella en cada competencia.

“Es algo muy bonito porque somos ocho las compañeras que daremos un espectáculo hacia la gente para que nos conozcan, es una gran oportunidad de mostrarnos. Damos cuenta que no hay límites, y aunque hay veces hay trabas, las superamos para estar en ese grupo, en esa carrera histórica.”

También es profesionista

Eunice Piña terminó su carrera como médico veterinaria, pero la pasión y la adrenalina que generan los caballos de carreras terminó por atraerla, tras varios años de entrenamiento logró debutar y aunque aún no ha ganado, estar arriba de un equino la hace feliz. Es una mujer decidida y nada conformista, por lo que se esforzará al máximo para visitar pronto el Círculo de Ganadores.

“Me siento muy orgullosa y agradecida por las mujeres que iniciaron, pues fueron ellas las que dieron el primer paso para que siguiéramos. La Primera Carrera de Jockettas no es tanto competencia, sino un logro más, es el siguiente paso para que las niñas de todo México vean que si se puede. Espero que la participación de mujeres siga creciendo, no sólo por moda sino como algo cotidiano”.

Mujer valiente

Maria del Carmen Gil siempre se imaginó estar arriba de un caballo, por ello cuando se dio la oportunidad de iniciar su aprendizaje en el Hipódromo, no lo dudó. Lo tomó como una gran aventura de la que no se arrepiente. Siempre contando con el apoyo de su familia, no

se rinde, y después de saborear las mieles del triunfo sabe que ser jocketa ha sido la mejor decisión de su vida.

“Participar en la primera carrera de jockettas me da mucha emoción, nervios sobre todo, pero estoy convencida que el participar para mí es un gran logro y me siento ganadora con el hecho de estar presente. Hemos demostrado que podemos, y somos unas guerreras que pelean hasta el final”.

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