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25, abril 2021 - 8:00

┃ Marco Montoya

Rebeliones

Por Marco Montoya

La Superliga se convirtió en un desafío a la FIFA, los grandes clubes de Europa trataron de organizar un torneo fuera del aval, pero perdieron la batalla en un ejemplo de lucha entre equipos y el organismo que se encarga de regir el deporte. Algo parecido ya ha ocurrido en las más grandes competencias del mundo como la NFL, Grandes Ligas o hasta la Fórmula 1.

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Mientras que de un lado suele ser visto a manera de boicot, del otro alegan injusticias. El futbol mexicano también se ha visto involucrado en conflictos de esta magnitud en varias ocasiones por los encargados de impartir justicia en la cancha: los árbitros.

Novak Djokovic queda eliminado frente a su público en Belgrado

A unos días de que acabara la fase regular del Apertura 2006, los silbantes se unieron para exigir la destitución de Aarón Padilla, quien recién había sido nombrado como presidente de la Comisión de Árbitros. Entre sus argumentos se señaló que jamás había estado ligado al gremio y tenía nexos con Pumas por haber llevado la presidencia del club. Entre otros, también se pedía la cabeza de Héctor González Iñárritu, ex vicepresidente del América.

Los nazarenos amenazaron con ausentarse de la jornada 17 del torneo, por lo que llegó a trascender que en la Federación Mexicana de Futbol se analizó contratar a colegiados extranjeros.  Después de unos minutos de reunión con el mandamás de la FMF, Justino Compeán, dieron marcha atrás. Ocho años después la historia se repitió, el paro de acciones estuvo cerca, pero nuevamente quedó en aviso.

Cuando sí se detuvo la Liga MX fue en 2017. Enrique Bonilla llegó a la conclusión de suspender la jornada 10 del Clausura 2017 para negociar con los árbitros, quienes explotaron por la sanción de diez partidos a Pablo Aguilar. El defensa intentó agredir al silbante Fernando Hernández. Consideraron que fue una medida corta.

Molestos, exigieron un año de suspensión para el paraguayo. Se concedió su petición, tanto el zaguero como Enrique Triverio quedaron fuera de toda actividad hasta 2018. Este último jugador empujó a Miguel Ángel Flores en la Copa MX.

 

El fiasco en el GP de Estados Unidos

El Gran Premio de Estados Unidos de 2005 se ha catalogado como el peor en la historia. Sólo seis pilotos compitieron debido a las protestas por los neumáticos que se presentaron tras la vuelta de calentamiento.

Fernando Alonso, Felipe Massa, entre otros, declinaron participar por su seguridad. Las ruedas que proveyó la marca Michelin tuvieron fallas. Sólo compitieron los pilotos de Ferrari, Minardi y Jordan, cuyas llantas eran Bridgestone.

Los problemas se detectaron desde el inicio de las prácticas y fueron imposibles de solucionar en 48 horas. Bernie Ecclestone insistió en que los equipos salieran a la carrera, que la iniciaran para probar las condiciones, pero se negaron. Michael Schumacher se llevó un GP para el olvido. Se temía que ya no se volviera a Indianápolis, pero todavía en el par de años siguientes se corrió ahí.

 

Chris Sale contra los uniformes

En julio de 2016, los Medias Blancas se preparaban para usar sus uniformes retro, algo en lo que el lanzador Chris Sale mostró su desacuerdo por cuestiones de comodidad. Trató de persuadir a la dirigencia de que los cambiaran, pero poco pudo hacer. Su solución, destrozarlos.

El zurdo tomó unas tijeras, entró al vestidor y los cortó de tal manera que quedaron impresentables. La organización lo mandó a su casa.

Unos días después alegó: “Intenté hacerles saber mis pensamientos y mi sentir, pero por razones de negocios fueron omitidas. No entiendo por qué tenemos que hacer algo que nos impida ganar un juego”.

La indumentaria ganó fama entre los aficionados, que aumentaron las ventas del jersey. Sale jamás dio marcha atrás a su sentir: “¿Me arrepiento de pelear por lo que yo creo? Absolutamente no ¿Me arrepiento de decir que los negocios no deben estar antes de ganar? Absolutamente no”, sentenció.

 

Colin Kaepernick, el mártir de la NFL

Quizá llegó a un Super Bowl y se quedó cerca de otro, sin embargo, la carrera de Colin Kaepernick tuvo mayor popularidad cuando optó por hincarse durante el himno de Estados Unidos durante la campaña de 2016.

El mariscal de campo reveló que su acción era una protesta por el racismo y abuso policial que existe en el país. “No me voy a parar y mostrar orgullo por una bandera de un país que oprime a la gente negra y de color”, señaló. Donald Trump, quien ganó las elecciones en noviembre de ese año, atacó verbalmente en varias ocasiones al pasador de San Francisco.

Esa campaña fue la última del quarterback en la NFL. Salió de los 49ers y ningún equipo lo volvió a contratar pese a señalar que se mantenía en activo. Su nombre regresó a los primeros planos en 2020 tras el asesinato de George Floyd por brutalidad policiaca. La liga se disculpó con el jugador por haber ignorado su activismo.

Djokovic, tenis en medio de la pandemia

La pandemia detuvo toda acción deportiva posible a lo largo del globo. Mientras todos se resguardaron en casa, Novak Djokovic planeó el Adria Tour. Un torneo de tenis en la zona de los Balcanes a pesar de la situación sanitaria.

Si bien la ATP todavía consideraba en junio de 2020 que era arriesgado regresar a las competencias, el número 1 del mundo organizó un torneo. Todo acabó en un desastre, él y varios tenistas más dieron positivo a Coronavirus, los partidos se tuvieron que cancelar.

Estadios llenos, nulas medidas de sanidad y un video de Nole en una fiesta se quedaron como las imágenes del fallido certamen. Sólo atinó a decir “Lamento mucho que nuestro torneo haya causado tanto daño. Todo lo hicimos con buenas intenciones. Nos equivocamos”.

 

Hamilton protestó en premiación

Después de ganar en el Gran Premio de la Toscana en 2020, Lewis Hamilton se colocó una playera con el mensaje “Arresten a los policías que asesinaron a Breonna Taylor” junto con la frase “digan su nombre”.

La FIA abrió una investigación sobre el británico; sin embargo, omitieron aplicarle una sanción. El piloto de Mercedes es uno de los principales activistas de la campaña Black Lives Matter y ha condenado el racismo en varias ocasiones. Incluso llegó a criticar a quienes no lo denuncian en la Fórmula 1.

Taylor fue asesinada a balazos por oficiales cuando se disponía a ingresar a su departamento en Kentucky, Estados Unidos.

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