Las vitrinas del Cruz Azul se quedaron congeladas a partir de aquel 7 de diciembre de 1997, sin embargo, el mundo siguió su marcha. Muchas cosas han cambiado desde ese día en el que Carlos Hermosillo, con el rostro ensangrentando, le dio al equipo cementero su último título de liga. Pocos imaginaban que ese triunfo sería la última gloria de la Máquina celeste en el campeonato local.

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El México de 1997 se preparaba para las fiestas navideñas hundido en una de tradicionales crisis financieras. Ernesto Zedillo, desde Los Pinos, aún golpeado por el “Error de diciembre”, atravesaba la mitad de su sexenio en medio de un pueblo que ya imaginaba, por primera vez en setenta años, un cambio en el gobierno. Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente de México, encaminaba su carrera política liderando al Partido de la Revolución Democrática. En los Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo, Bill Clinton afrontaba su segundo mandato.

Los celulares poco a poco comenzaban a ser una realidad. Cuando antes las empresas telefónicas priorizaban la calidad de la llamada sobre el diseño, de pronto surgieron modelos más estilizados, y la eterna batalla entre los sistemas operativos de las computadoras empezaba a tomar forma y el disquete gozaba de sus últimos años de fama. Aunque el internet no era ni de cerca lo que conocemos, ya habían visto la luz los primeros buscadores y el nombre de Google, inspirado en el término matemático gúgol, se escuchó por primera vez en la tierra.

El deporte aún estaba consternado luego de la feroz mordida de Mike Tyson a Evander Holyfield en una pelea brutal. Michael Jordan, ya encumbrado en su leyenda, buscaba su último título con los Toros de Chicago. Diego Armando Maradona, perseguido por sus fantasmas, anunciaba su retiro y la muerte le robaba al futbol los conceptos de Helenio Herrera. En México, las piruetas de Hugo Sánchez en su partido de despedida con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu alimentaban la nostalgia del adiós del mejor futbolista que ha dado este país.

Eran los tiempos de las Chivas de Ricardo Ferretti, las de los festejos peculiares del Gusano Nápoles. De los Toros Neza del Turco Mohamed, el Pony Ruiz y Germán Arangio, los de los cabellos güeros. En la Selección Mexicana, el Matador Luis Hernández se cansaba de meter goles en la Copa América de Bolivia y Manolo Lapuente ya pensaba en la Copa del Mundo de Francia 1998.

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Los cines se abarrotaban con el estreno de Jurassic Park: el mundo perdido y Tommy Lee Jones y Will Smith salvaban al planeta de la invasión extraterrestre en los Hombres de negro. En las salas, ya comenzaba a sonar el rumor de una película producida por James Cameron, la cual contaría la trágica historia del Titanic, protagonizada por un joven llamado Leonardo DiCaprio y los amanes del cine esperaban con ansias el estreno de La vida es bella.

En ese año, la escritora británica J.K. Rowling publicó su primera novela llamada Harry Potter y la pierda filosofal, la cual narraba la historia de un mago, sin saber que 23 años después vendería más de 500 millones de ejemplares. Por otra parte, en Latinoamérica, Mario Vargas Llosa le daba vida a Los cuadernos de Don Rigoberto.

En México, Angélica Aragón y Ari Telch protagonizaban la famosa telenovela Mirada de Mujer, producida por Epigmenio Ibarra y Carlos Payán, mientras que Azúcar amargo, de Fey, Por debajo de la mesa, de Luis Miguel y Antología, de Shakira, ocupaban los primeros puestos del rankings de popularidad.

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