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Mira

26, noviembre 2020 - 21:03

┃ Rubén Beristáin

cabecita-rodriguez

Cruz Azul es el mandón del norte, esa es la normalidad en los últimos tiempos. Si hay un equipo que sabe jugarle a Tigres en el Volcán esa es La Máquina y anoche volvió a demostrarlo. Los cementeros fueron efectivos y contundentes, lograron tres goles como visitantes y llegaron a seis años sin perder en tierras regias, que los pone con un pie en Semifinales. 1-3 final.

Los felinos no mostraron sus garras, pero aún no están muertos. Ahora irán por una goleada a la capital y decretar así un Aztecazo. Sólo una catástrofe podría eliminar a los celestes del Guard1anes 2020, aunque el sueño está más vivo que nunca en La Noria.

La espera terminó. La Máquina pasó 19 días en confinamiento, con descanso obligado, ya instalada en cuartos de final por su gran torneo regular esperó a su rival y Tigres fue el valiente quien la desafió. Robert Dante Siboldi presentó cuadro de lujo e inédito en San Nicolás de los Garza. El técnico charrúa tuvo tiempo de estudiar a su rival y supo que la Liguilla se tiene que jugar diferente, por eso sorprendió y de inicio generó superioridad en el
mediocampo con Luis Romo, Ignacio Rivero y Rafael Baca.

Los locales, con más ritmo de juego al jugar el Repechaje no se complicaron. Tuca Ferretti, como un experimentado de las fases finales, tuvo su cuadro muy bien definido, presentó a su mejor once, ya con Javier Aquino recuperado, la única variación que realizó el brasileño.

Con un inicio distinto a lo acostumbrado, con un estadio Universitario vacío por las circunstancias y con un minuto de silencio en memoria de Diego Armando Maradona, todo comenzó, el planteamiento le favoreció a la visita, al menos en los primeros minutos. Cruz Azul inició con la presión, se sintió cómodo en cancha ajena, pero no lograron la profundidad necesaria para herir a Nahuel Guzmán.

Los locales se acomodaron y no tardaron en cambiar los papeles a su favor, sin embargo sus oportunidades no prosperaron de forma positiva.

Los capitalinos volvieron a avisar de forma continua. Primero fue Jonathan Rodríguez, el campeón de goleo no remató de cabecita y dejó escapar la oportunidad. Luego apareció Orbelín Pineda con polémica incluida. El Maguito hizo de las suyas, llegó al área y fue derribado por el Patón. Los azules levantaron la mano, protestaron, pero el árbitro no marcó penalti y por el contrario, explicó que el celeste había buscado el contacto. El VAR validó la decisión del silbante Diego Montaño y el peligro se esfumó, pero venía lo mejor.

La Máquina se animó y pitó en una jugada posterior. Los cementeros se crecieron y armaron una jugada magistral a contragolpe. Julio César Domínguez la empezó con un rechace, Rafael Baca mostró sus dotes y trazó largo a Rodríguez. Los felinos ni se enteraron cuando el balón llegó a Juan Escobar por el otro costado, el paraguayo se aventó un pique de varios metros y con un disparo lleno de rencor, el esférico llegó al fondo, con la ayuda de Carlos Salcedo, quien lo desvió e hizo imposible la estirada de Guzmán.

El complemento inició con emociones al por mayor. No pasó ni un minuto y los universitarios empataron el duelo. Cruz Azul salió dormido y con mucha confianza, mima que de inmediato fue destruida por Guido Pizarro. El mediocampista sorprendió en el área y de cabeza la envió al fondo apenas a los 48 segundos del segundo tiempo.

Tigres demostró que cuando quiere, puede, pero el segundo se le fue de las manos y la visita aprovechó. Luis Romo fue el artífice de la ventaja celeste. Primero mandó un trazo largo que culminó Jonathan Rodríguez y después fue el propio mediocampista quien llegó al área y puso el tercero, que ya parece lapidario para los regiomontanos.

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