28, enero 2015 - 11:52
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POR HÉCTOR REYES
A los 10 años Janeth Gómez se escapaba de su casa para entrenar levantamiento de pesas, en su pueblo, San Miguel el Alto en Jalisco, con una sola idea, dejar de ser una carga para sus papás, cuyos ingresos eran insuficientes para satisfacer las necesidades de la familia.
Conquistó ese reto, ahora el deporte le da la posibilidad de comer, estudiar y tener una beca misma que aporta a su hogar.
Ganadora de dos medallas de bronce en el pasado Campeonato Mundial celebrado en Tashkent, Uzbekistán, Janeth en 6 años cumplió sus primeros objetivos, ante la adversidad, resistió la tormenta y hoy brilla el sol en su existencia.
Entre el ruido de las pesas al pegar en las tarimas y la imagen de Soraya, platica: “Una prima me invitó a practicar pesas, ella es de genética fuertecita y yo de genética delgadilla; le hice caso, a ver qué se sentía; la adrenalina me enamoró, no me resistí a su dolor, así que me escapaba de la casa para ir al gimnasio; me decían: ¡por qué te vas, y no sé qué…; y mientras me daban nalgadas me gritaban estudia! -yo sí estudio, soy una niña inteligente, contestaba y pensaba-, y si me propongo algo es para hacerlo, soy de las personas comprometidas y lo hago”, relató Janeth, hoy suma 17 años; participará esta temporada en la Sub-20 y desea darle la pelea a Paty Domínguez y Quisia Güicho, quienes son las “grandes”.
“Lo que necesitaba era que ellos (mi familia) me tuvieran fe, con eso agarré fuerzas; para arriba y qué me voy yendo. Pasaron los años, gané las Olimpiadas Nacionales y uno agarra, no el nivel, sino la voluntad”, declaró “Gomita” como la conocen sus amigos.
Sus papás, mecánico y costurera, son “muy pobres” no tenían recursos para apoyarla en los gastos.
“El motivo de que yo esté en pesas, es que buscaba como ayudarlos. Después pensar, de mirar lo que batalla la familia, me decía: porqué ellos batallan, yo puedo hacer algo. Por ejemplo que falta el pan de cada día, que no come uno bien, a uno le duele, pues”, narra con naturalidad la deportista de tez morena, ojos pequeños con el brillo de un diamante, con la tristeza de que el Día del Niño Dios, no llegaban los regalos como los presumían sus amigas.
“Dije, puedo darle la vida que no tuvieron y a lo mejor desearon, a lo mejor no puedo darles todo y tomen el dinero que quieran, pero tanto así, la gente se malacostumbra. Lo que uno es humilde y trata de ser humilde y echarle ganas, no sé, sacar algo en la vida tan siquiera para que a uno lo reconozcan”, hizo hincapié la admiradora de la campeona olímpica Soraya Jiménez.
“Mi motivación, lo que más me saca, adelante, porque soy así, porque me aferro a todo, es por lo mismo de mi familia, por todo lo que sufrí, como que uno agarra fuerzas, se vuelve uno más potente”, ríe “Gomita” quien ha ganado seis Olimpiadas Nacionales y es la tercera mujer más fuerte del mundo, con el ideal de que hable bien de México y digan que es la “más chingona”.