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Mira

15, agosto 2020 - 14:00

┃ Rubén Beristáin

Martin-Galvan

Cruz Azul tendrá una visita especial y hasta incómoda esta tarde en el estadio Azteca. Martín Galván, ahora como reciente incorporación de FC Juárez, muy pronto en el torneo se enfrentará por primera vez al club que lo vio nacer hace ya más de una década y donde fue considerado en sus inicios como una auténtica joya, pero que nunca pudo ser pulida de gran forma.

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En el Apertura 2008, con 15 años y 267 días, el canterano de La Máquina debutó con los colores celestes. El estratega Benjamín Galindo le dio la oportunidad y curiosamente, ante Indios de Ciudad Juárez, vio sus primeros instantes en primera división al sustituir al defensor paraguayo Carlos Bonet. Sólo fueron 21 minutos, pero sus habilidades con el balón de inmediato lo pusieron como uno de los mejores prospectos a futuro surgido de La Noria. Una fecha después, ante Jaguares de Chiapas, disputó 24 minutos más cuando entró de cambio por el delantero Miguel Sabah. En el Clausura 2009, sólo disputó tres minutos más ante los Rayos del Necaxa y no hubo más. Cabe mencionar que el estratega que lo descubrió fue el timonel uruguayo Sergio Markarian, pero al Maestro también le llenó el ojo.

El plan cementero era llevarlo con calma y que, a pesar de la prematura presentación, siguiera su evolución en las categorías inferiores hasta su consolidación, pero distintas indisciplinas a nivel Selección, cuando fue convocado por la Sub-17, relegaron al joven y lo tiraron al olvido.

Con la categoría Sub-20 empezó como jugador recurrente en las alineaciones, donde compartió vestuario con el defensor Nestor Araujo. Luego fue enviado a Ciudad Cooperativa con Cruz Azul Hidalgo, filial del equipo cementero en el Ascenso, pero nunca despegó, a pesar de los muchos minutos que tuvo.

Seis años después de su debut en el máximo circuito, Galván abandonó la institución celeste. En 2014 llegó a Correcaminos de la división de plata del futbol mexicano. “La verdad muy contento, contento de estar aquí, en Cruz Azul fueron varios años con muchas experiencias y ahora llego a un club muy importante en el ascenso y a tratar de sumar trabajando duro para el equipo”, fueron las palabras del jugador de 21 años en ese entonces cuando fue presentado con el cuadro naranja.

A partir de ahí empezó el peregrinaje. Galván fue parte del Atlante, del Reynosa FC de la segunda división. En 2016, volvió a Cruz Azul Hidalgo y antes de emigrar a Europa, estuvo en los Pioneros de Cancún de la Liga Premier.

Un año después dio el salto. El Salamanca de la Segunda B, tercera división de España intentó rescatarlo. Martín mostró su nivel en Europa por tres años, fue muy querido por la afición de aquel club, hasta de nuevo caer en la Liga MX con el cuadro fronterizo, donde intentará volver al mapa.

La historia con Cruz Azul, del ahora futbolista de 27 años y con mayor madurez, es de amor y odio a la vez. En ciertas entrevistas ha criticado la labor que realizan en el equipo celeste con sus fuerzas básicas y alguna vez hasta criticó a Santiago Giménez, a quien culpó de no tener méritos de estar con los cementeros.

Pero hace tres meses, cuando La Máquina cumplió 93 años, en redes sociales mostró su gratitud y expresó que siempre será de sangre azul.

Martín Galván, el niño que quedó en promesa, enfrentará a su ex equipo. Y aunque ya debutó la jornada pasada con Gabriel Caballero, hoy querrá más minutos para demostrar lo que Cruz Azul dejó escapar y que ya nunca volvió a recuperar.

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