De pequeño, su hiperactividad lo llevó a buscar actividades que lo ayudaran a controlarse. Hoy, como fiel aficionado a los Pumas y apegado a la UNAM, Alan David Picasso Romero , boxeador profesional y Campeón intercontinental juvenil de Peso Pluma del CMB, sueña emular a Julio César Chávez y lo que hizo en el estadio Azteca, pero ahora en el Olímpico Universitario, recinto al que considera su casa.

“Desde que era amateur tengo ese sueño. La primera vez que vine al estadio, que fue como a los 11 años, decía que quería jugar futbol aquí. Ya cuando me metí como profesional, mi sueño cambió y ahora era pelear y llenar el estadio Olímpico Universitario”, confiesa. “Así como lo hizo Chávez en el Azteca, yo quiero pelear y llenar CU. Ya sólo sería convencer a la promotora, a la directiva y a las autoridades de la UNAM. En poco tiempo creo que se podrá hacer”, cuenta en charla exclusiva con ESTO.

Con varios accidentes, David entendió desde muy chiquito que necesitaba concentrar su energía en otro lado. Intentó el futbol, natación y un sin fin de deportes, hasta que dio con la tecla y encontró en los cuadriláteros, en los guantes, su refugio.

“Desde chiquito era un niño muy hiperactivo. Me descalabré muchas veces por estar corriendo. Aprendí a caminar antes de los años, entonces me salía de la andadera y me salía a la calle y me rompía la cabeza. Así me mantuve hasta los seis años. Venimos a vivir a la CDMX y mi papá dijo que teníamos que buscar un remedio para eso. Fuimos al futbol, natación y atletismo, pero el único que lo logró fue el boxeo”, recuerda con nostalgia.

Incluso, a pesar de que lo suyo ahora es repartir golpes de forma profesional, hubo un momento en el que su vida pudo dar un giro de 180 grados. Quizá, de haber tomado la oferta que le hizo el Pachuca en divisiones inferiores, hoy, los guantes serían botines y su actividad la tendría que realizar con playera y sobre el césped.

“A pesar de que ya era boxeador amateur, seguí jugando futbol. Hubo una ocasión en que el Pachuca me quería firmar. Jugamos en contra de ellos y les metí cuatro goles. Me invitaron a quedarme con ellos, en Pachuca, con todo y contrato, pero preferí continuar con la UNAM y el boxeo. Como tengo mucha condición física, corría mucho y nadie me alcanzaba”, comenta Picasso.

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Desde su trinchera, el “Rey Picasso” defiende orgulloso los colores de Pumas y su universidad. Además de llevar el logo de la barra de los Pumas en el short con el que pelea, también utiliza la imagen del equipo de futbol. Menciona que le haría ilusión conocer al equipo y que vean sus peleas.

“Me gustaría que vieran las peleas, porque son de fácil acceso, para que vean cómo porto los escudos y todo lo que tiene que ver con la universidad y con ellos. Me gustaría también ser portero de Pumas. Tengo buenos reflejos. Ojalá pueda conocer a los jugadores y a la directiva, para que el día que llenemos este estadio, ya me conozcan más”, cierra.

HÁBIL CON LOS PUÑOS Y LA MENTE

Por si fuera poco, además del futbol y el boxeo, Alan David Picasso Romero también tiene los dotes para salir bien en la escuela. Rechazó una oferta para salir del país por no ir en contra de sus sueños e ideales. Como es boxeador, la gente piensa que sólo quiere dinero, aunque su máximo sueño está lejos de los cuadriláteros. Si triunfa el Rey Picasso, gana Alan Romero, el chico que anhela tener una escuela o empresa que apoye al talento del sur del país.

“Tuve varias oportunidades para salir del país, con varias becas de distintas organizaciones. Pero me mantengo con el sueño firme de poder ayudar a las personas para que no se vayan del país. Hay algo que me llama la atención, cuando mis amigos comparten en sus redes que su sueño es irse del país. Desde ese momento se derrumban muchas cosas que pienso. No es posible que no queramos al país. Debemos regresarle a la sociedad lo poquito que nos ha dado”, comparte.

El pequeño soñador y alumno de la UNAM hizo énfasis en su proyecto de vida, mismo que tiene que ver más con las aulas que con el césped o los cuadriláteros y los guantes de boxeo.

“Yo estudio física en la UNAM, y quiero estudiar neurociencias. Desde el momento que las conocí, quise fundar una empresa o una escuela en el sureste de México para aprovechar todo el talento que tenemos como país. Es bastante y tenemos una fuga de cerebro impresionantes. Debemos apoyarnos como mexicanos, porque nos hacen falta muchas oportunidades. Eso es lo que yo quiero, darle oportunidad a la gente para que pueda sobresalir”, remata.

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LOS RECINTOS

ESTADIO AZTECA

Capacidad: 87 mil 523

Fundación: 29 de mayo de 1966

OLÍMPICO UNIVERSITARIO

Capacidad: 72 mil

Fundación: 20 de noviembre de 1952