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4, julio 2020 - 6:30

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Por Alejandro Jiménez
De novedad, recién salido de las imprentas estadounidenses nos encontramos con este libro, al cual le tocó la mala fortuna de aparecer en plena pandemia de Covid-19. Está, por supuesto, en librerías digitales, se puede ordenar vía entrega a domicilio o bajar en versión e-book.

Como dice su propia publicidad, el libro responde a las preguntas: “¿Cómo los mejores entrenadores del mundo obtienen lo mejor de sus atletas? ¿Cómo diseñan las prácticas los mejores entrenadores, inspiran a sus jugadores y construyen equipos que mantienen su excelencia temporada tras temporada? ¿Cómo inculcar comportamientos de alto rendimiento? ¿Entrenan a hombres y mujeres de manera diferente?”
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Es un libro motivacional dirigido a quienes son coaches y entrenadores de equipos de algún deporte y preparadores de atletas individuales. Los textos son ágiles, aunque pecan algo de triunfalismo porque cada uno de los cientos de entrenadores entrevistados han salido airosos con sus pupilos, aun así, haciendo a un lado el meloso lenguaje de la victoria, hay muchas rutinas y hábitos útiles en la forma de preparar atletas.
Los consejos no tienen desperdicio, pues van de lo físico a lo psicológico; desde cómo convertir a un enclenque charalito en un atleta de alto rendimiento, hasta cómo manejar a un deportista en crisis cuyo bloqueo mental le impide ganar juegos. Los deportes son de equipo e individuales, del soccer y el futbol americano al tenis y a las carreras con saltos. De Estados Unidos, pero también de Europa. Amateurs escolares y profesionales.
Trae incluso una parte interesante de cómo manejar el hecho de ser el entrenador de sus propios hijos, una tarea de la que pocos padres salen airosos, pues siempre se involucran sentimientos emotivos y frustrantes, que mejoran o empañan la relación familiar. ¿Ha escuchado usted algún caso donde el padre fuerce al hijo a practicar un deporte que no le gusta, sólo porque él quiso destacar en tal disciplina? ¿O el padre que es particularmente duro con sus hijos a la hora de practicar deporte, para mandar el mensaje a los otros que es imparcial?
Es insistente la idea de que el coach, más que un maestro que enseña estrategias de manera vertical, es alguien que fundamentalmente debe escuchar a sus jugadores, sin entrar en el falso debate de ser “maestro o amigo”.

Ninguno de los dos, sino líder que debe estar delante del atleta y que debe conocer exhaustivamente el deporte que maneja, sin caer en los extremos de la tiranía, aunque… hay quien opina, en el mismo libro, que lo mejor siempre es llevar al atleta más allá de sus límites porque de otra manera no podrá conseguir cosas que hoy le parecen imposible…

Libro indispensable para quien esté en la ardua tarea de ser entrenador. Por lo pronto sólo está en inglés, pero quien lo logre leer estará en contacto con ideas que siempre servirán para medir el desempeño propio. Incluso si se desecha mucho de lo que el libro dice, el solo hecho de pensar esas ideas es muy constructivo para quien esté en el siempre pesado banquillo de entrenador.