LAS VEGAS, Nevada.- Leo Santa Cruz tuvo que “echar el extra” para apagar los fuertes intentos de sublevación de Jesús “Estrella” Ruiz, quien le planteó un desafío sin el menor respeto por su condición de imbatido monarca supergallo del Consejo Mundial de Boxeo hasta perder por KOT en ocho rounds, el sábado, en la cartelera que encabezaron Deontay Wilder y Bermane Stiverne.
Como ya informamos, Santa Cruz (29-0, 17 KOs y un empate) terminó con un corte en la comisura del ojo derecho, que se comprobó que fue por un choque de cabezas accidental en la sexta ronda. El californiano de ascendencia michoacana debió sumir el acelerador para derrotar al “Estrella”, aunque sin poder tumbar al indómito púgil de Nogales.
Tan pronto como el combate concluyó tras la intervención del réferi Kenny Bayless y entre las protestas de Ruiz -el pleito fue bien detenido porque el dominio de Leo era abrumador y el retador recibía golpes, sin dar respuesta-, Santa Cruz dijo que quiere “pelear con los mejores”.
Al mencionar a Ábner Mares, éste instantáneamente replicó por Twitter que desea que su próxima pelea sea contra él.
Contrario a lo expresado por su padre y jefe de entrenadores, José Santa Cruz, de que mientras él pueda no aceptará un encuentro con Guillermo Rigondeaux, “por el estilo del zurdo cubano”, Leodegario se dijo dispuesto a encarar ese desafío.
Fue una deslucida actuación de Leo, aunque en ello tuvo que ver la ambición y buenos argumentos de Ruiz, quien ya vimos que se crece ante las grandes oportunidades.
Circuló la versión de que Rigondeaux “ha sugerido” a Leo que salte a las 126 libras, para evitar tener que propinarle el que sería su primer revés como profesional.
Santa Cruz también ha manifestado su deseo de subir a pluma para medirse con el monarca de la división por el WBC, Jhonny González, que ha puntualizado estar dispuesto a aceptar la propuesta. (José Luis Camarillo/Enviado)