14, mayo 2020 - 8:03
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La pandemia por Covid-19 ha aplicado una llave de rendición a la cafetería el Cuadrilátero, las ventas del recinto dedicado a la lucha libre bajó en al menos un 50%. La crisis provocada por la cuarentena golpeó a los pequeños negocios, sin embargo, María Guadalupe Cortés, dueña del lugar, confía en que le harán una contrallave, con unión, los pequeños empresarios y todas las familias mexicanas saldrán de ésta con el brazo en alto.
“Ha cambiado demasiado (la situación), el año pasado para mí fue muy malo, creo que para todos, es una situación que no entiendo, ahorita llevo dos o tres semanas así y está canijo. Usualmente vendo 50 teleras diarias y ahorita estoy con 15 o 20. No sé si esto sea la enfermedad que todos ven, yo sé que la gente está enferma, a mí se me acaban de morir dos amigos por otros problemas, pero es una situación que no se había visto nunca de ver el negocio solo”, se sinceró en charla con ESTO.
El cuadrilátero ha trabajado a lo largo de 27 años, en julio cumplirán un aniversario más, aunque de momento existe una auténtica preocupación por la forma en la que se pagarán las cuentas ante el nulo apoyo del gobierno.
“A mí me preocupa, descansé tres empleados, tuve que recortar un turno, me quedé con dos trabajadores y a veces no sale ni el salario de uno, es una situación bien difícil, le pido mucho a Dios y a la gente que nos ponga atención, estamos cooperando y tenemos todo para llevar, pero la gente viene, se asoma y no quiere llevarse para sus casas”, explicó.
“Está muy cabrón, llevo 28 años con este negocio y ya me enteré que tenemos que pagar impuestos, no nos van a descontar nada, imagínate que vendí 2 mil pesos, ayer 2 mil 500, hoy fui a la merced y me traje poquito, solamente para esta semana, sí es una situación difícil. Yo creo que nos van a tener que dar un tiempo de renta y de todo para pagarlo, yo pago 28 mil pesos de renta y no me va a salir con 2 mil pesos, a final de cuentas los gastos ya vienen: hay que pagar luz el 10, el seguro social el 17, me trueno los dedos para saber qué hacer, mi hijo salió a trabajar para ayudarme”, agregó.
La dueña del lugar expresó que tienen cubrebocas y guantes para ayudar a la gente que ven en la calle sin cuidado, lo hacen desinteresadamente, aunque aceptó que le gustaría que también alguien viera por ellos.
“Yo no sé si en verdad esa enfermedad existe o no, eso es algo que yo no puedo decir, le doy gracias a Dios porque mis hijos, yo, mis empleados estamos bien. Ayudamos a la gente, tenemos cubrebocas, guantes, gel por si vemos a alguien enfermo, pero ojalá también vean por nosotros”, sentenció.
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UNA HISTORIA DE AMOR
El amor y las ganas de tener un negocio propio hicieron que el 27 de julio de 1992, la cafetería el Cuadrilátero abriera sus puertas. Todo comenzó una noche en Tijuana, ahí fue donde el luchador Super Astro y María Guadalupe Cortés decidieron emprender.
“Esta cafetería la iniciamos en 1992, yo y Super Astro, que es luchador y es el papá de mis hijos. Juntos trabajamos seis años y después yo me quise quedar con el negocio. Cuando comenzamos, vivíamos en Tijuana y teníamos ganas de comer algo rico, compramos un baguete y preparamos unas tortas, entonces ahí se nos ocurrió la idea de poner una tortería en el centro”, relató al Diario de los Deportistas. La especialidad de la casa es la torta gladiador, idea que surgió de la ex pareja, que se convirtió en un éxito rotundo.
“Él se asoció con otro luchador para que lo ayudara, mientras yo seguía trabajando en lo que hacía en aquel entonces, después habló conmigo, yo llevo casi 40 años en la gastronomía y me latió la idea, primero estábamos en la calle de pescaditos, en un localito muy chico. Comenzamos con la torta gladiador y de ahí se siguió, funcionó a final de cuentas, hubo un tiempo en que se vino una crisis económica muy fuerte y él quería quitar el negocio, fue cuando le dije que yo me lo quedaba”, comentó.
“La torta gladiador nos funcionó muy bien y a partir de ahí tengo más de 50 platillos en la carta que son platos grandes para dos o tres personas, por ejemplo, el plato a la cuadrilátero que son chilaquiles abundantes capeados con huevo, dos costillas y un sope con pierna, tú solo no te lo acabas, es como la gladiador, esa la parten entre tres o cuatro personas”, añadió.
Actualmente, Cortés y Super Astro están separados, pero perdura el respeto, es por eso que ya en confianza, la propietaria del lugar relató la manera en la que conoció al gladiador.
“Cuando estaba de mesera, a una compañera le gusta mucho Atlantis, entonces me dijo que me iba a presentar unos luchadores, pero de esas cosas que ni le tomas atención porque yo no le encontraba chiste a las luchas. Resulta que un día me mandan del Vips a trabajar seis meses a Monterrey, de repente veo un letrero de que iba a ir Super Astro y le dije a una amiga que iba un amigo a luchar, me fui a comprar un vestido bonito, salí temprano de trabajar y me fui a la arena”, sentenció.
No le gustan las luchas
Las luchas nunca fueron el deporte favorito de María Guadalupe Cortés, pero aprendió a sufrirlas debido a que su ex pareja fue un ídolo de los encordados, además de que su hijo siguió los pasos de su padre.
“Fue a raíz de que conocí al papá de mis hijos, y ahora lo sufro porque mi hijo también es luchador, a veces me dice: ‘mamá tiene que ir’, pero cuando hace un buen triunfo me pongo a llorar, porque quién iba a decir que al niño chiquito que yo llevaba a las luchas, ahora es luchador”, dijo emocionada.
El duelo que más sufrió fue cuando Super Astro perdió la máscara en Tijuana, Baja California. En aquella sangrienta lucha contra el Villano III, los organizadores del evento dieron por muerto al gladiador, mientras ella estaba al pie del ring tratando de reanimarlo.
“Con él lo sufrí hace 20 años en Tijuana, él perdió la máscara allá y yo estaba embarazada de mi hija, ahí lo sufrí y agradezco que el señor esté bien y ande vivito y coleando, él perdió con el Villano II, fue una lucha que lo dieron por muerto, yo embarazada, mi hijo llorando en brazos, lo veía en el ring desangrándose, estuvo muy fea esa lucha y de repente dicen: ‘en silencio porque al parecer falleció. Yo le gritaba que despertara y no se movía, mi hijo le gritó y fue cuando reaccionó”, sentenció.
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