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10, mayo 2020 - 8:09

┃ ESTO

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Por: Priscila Chávez Flores

Las diferentes circunstancias en su profesión han llevado a Esmeralda Verdugo, mediocampista de Xoloitzcuintles femenil, a ser una mamá distinta con su pequeña de 3 años de edad. Su paso con América la mantuvo distante; sin embargo, ahora en Tijuana, el tiempo se está recuperando.

“Son tranquilos mis días en Tijuana con ella, era más difícil cuando estaba en América, que la tenía que deja acá y no la miraba tanto tiempo… Y lo difícil de estar aquí, es cuando me tengo que ir, porque no sales, juegas y te regresas, son tres días fuera; pasan unas horas y ya la estoy extrañando”, expresó la futbolista para ESTO.

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La originaria de Ensenada, Baja California, contó que es en esta ciudad donde está pasando el confinamiento a lado de su hija y de sus padres, y a pesar de que espera que pronto pase la pandemia para volver a las canchas, disfruta al máximo estar todos los días al pendiente de su mayor motivación.

MAMÁ Y DEPORTISTA: EL DÍA A DÍA

“Entreno en las mañanas, en Xolos siempre muy temprano, me desocupo a medio día, no duro mucho a menos que tenga otra actividad con el club, y durante ese tiempo a mi hija la cuida su papá; después yo voy por ella y es tenerla todo el día conmigo: hacerle de comer, estar al pendiente”, platicó.

Ser mamá y futbolista al mismo tiempo fue un reto durante su paso con las Águilas del América, club con el que alzó el título de Liga MX Femenil en el Apertura 2018. Estar cerca de la pequeña Ximena, quien nació en Tijuana y ahí se encontraba bajo el cuidado de su papá, era complicado.

“En América era más difícil porque ella era más pequeña y ocupaba más atención. Ella estaba con su papá, cuando podía venía (Tijuana) a verla, pero a veces pasaban dos semanas sin poder verla, hubo un tiempo que hasta pasa un mes, y eso ha sido lo más difícil”, recordó Esmeralda.

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Ahora en Tijuana, la joven madre de 26 años aprovecha cualquier oportunidad para involucrar a su hija en el mundo del futbol, que, a propósito, contó emocionada, ya tiene el gusto por este deporte. “Busca hacer lo que yo hago, después me dice: ‘mamá, hay que ir a jugar gol’ y se pone a hacer las cosas que yo hago en los entrenamientos”.

SOY LO QUE VOY A HEREDARLE 

El futbol y la familia puede llegar a ser una combinación agridulce. “Siento que soy una mamá diferente, una mamá rara por ese aspecto. Obviamente una mamá no quiere dejar a sus hijos nunca, fue muy difícil tomar la decisión de volver a jugar futbol profesional, pero a mí motiva mucho el ejemplo que yo le voy a dar a ella, lo que le voy a heredar”, externó.