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14, marzo 2020 - 14:26

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Pumas-vs-Cruz-Azul

POR RUBÉN BERISTÁIN
FOTOS: LUIS GARDUÑO

El resultado es lo de menos cuando los sueños se hacen realidad. El estadio Olímpico Universitario vivió historia pura y se pintó completamente de rosa con su primer partido en la Liga MX Femenil y último con gente hasta nuevo aviso, en todas las categorías del futbol mexicano.
Pumas y Cruz Azul no se hicieron daño, en un guión que pareció esperado, donde lo principal fue el precedente que marcaron. 0-0 final, que en ningún momento decepcionó.
El invicto continuará para ambas instituciones. Las felinas llegaron a ocho encuentros sin perder y las cementeras ya ostentan siete duelos sin ser vencidas. La Liguilla luce cercana.

EL JUEGO

¿Un partido de futbol femenil en Ciudad Universitaria? Lo que mucho tiempo fue imposible, finamente se hizo realidad. El Festival Tiempo de Mujeres lo logró y pintó de rosa el estadio Olímpico, ese mismo que se negó tantas veces, pero que ayer a mediodía vivió historia pura y un día muy especial.
La emoción de las jugadoras felinas fue notable. El pánico escénico por jugar en uno de los recintos más importantes de nuestro país y declarado Patrimonio de la Humanidad, se quedó dentro de los vestidores y salieron con una gran enjundia. Bien dicen que la primera vez nunca se olvida y con esa emoción, entonaron orgullosas el Himno universitario con el puño bien arriba.
Las cementeras no se quedaron atrás y también lucieron contentas, con la convicción de disfrutar cada minuto de juego.
Poco importó el brote de Coronavirus y la prevención en el mundo de futbol de evitar los eventos masivos. Las aficiones de ambos conjuntos arroparon a las suyas y se hicieron presentes en gran número para vivir un hecho inusual, además de un avance gigantesco en la Liga MX Femenil, en esa lucha por la igualdad de género. Eso sí, fueron cuidadas a su ingreso con gel antibacterial, como protocolo de la Liga.
Las universitarias iniciaron muy motivadas. Su sueño se cumplió, pero no se conformaron. De inmediato tomaron el esférico, lo hicieron suyo y no lo prestaron a las visitantes. La portera Karla Morales tuvo que mostrar sus grandes dotes bajo los tres postes y paró cada peligro en su área. Ese uniforme verde fluorescente, que tantas veces se ha visto con Jesús Corona, portero del club varonil, lo representó con orgullo.
El famoso Goya apareció en las gradas y sonó en repetidas ocasiones. Eso animó más y las del Pedregal estuvieron cerca.
Liliana García y Edna Santamaría, atacantes de Pumas, fueron las más insistentes, en esa búsqueda incesante de ser la primera jugadora en marcar en el inmueble felino. Sin embargo, y para su mala fortuna, nunca tuvieron el tino necesario para vencer a la cancerbera rival.
La zaga cementera creó un muro y poco a poco se acomodó, así resistió estoica cada embate de las locales.
Del otro costado, la arquera Melany Villeda la pasó muy tranquila. Las azules llegaron poco y no tuvo necesidad de ensuciarse. La más cercana la tuvo Alejandra Curiel, sólo que no pasó a mayores.
El complemento no cambió. Las felinas mostraron esa garra que las caracteriza, pero la redonda fue caprichosa y no quiso ingresar a la red. La más clara estuvo en los pies de Dania Padilla. La universitaria quedó sola y no pudo conectar de buena manera, en el contrarremate, Santamaría sacó un riflazo, pero ya estaba Brenda García en la línea de gol e impidió el tanto con el muslo. El grito quedó ahogado una vez más.
El marcador no se movió. Un precedente se marcó en la Liga Femenil con un aforo de más de 22 mil asistentes al Olímpico Universitario. El duelo entre Pumas y Cruz Azul terminó igualado, sin goles, pero eso fue lo de menos.

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