POR HÉCTOR REYES

Foto Cortesía Facebook: Erika Gómez la Cucha.

Erika Gómez, mejor conocida como la “Cucha” se convirtió en la primera mujer en asumir el puesto de auxiliar técnico de la selección mexicana de basquetbol al lado de su esposo y entrenador, el español Sergio Molina.

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A través del órgano de difusión de la ADEMEBA, la ex jugadora de la selección mexicana, declaró que si supiera que no sumará en el proyecto sería la primera en levantarse e irse, pero tiene 10 años de respaldo tanto en el Tecnológico de Monterrey campus Hidalgo, la Liga BCL y en la selección”.
La Cucha con un marcado acento español, expresó que puede aportar su experiencia, trabajo y preparación que tiene hasta el día de hoy para sumar al basquetbol mexicano, cree que está preparada, que es una gran profesional, aunque aceptó que no es fácil trabajar al lado de un equipo varonil.
“Estoy acostumbrada, llevo varios años trabajando con equipos varoniles, creo que soy una gran profesional, me gusta, me apasiona, no es un trabajo, es una pasión que comparto al lado en lo profesional de Sergio como marido y mujer, pero más como profesional”, declaró la jugadora que abrió las puertas en el basquetbol profesional de España, en donde militó a lo largo de 10 temporadas.
México es un país machista y le gustaría que aquí se abriera, ya hay entrenadoras en otros deportes que han salido en el basquetbol y el futbol americano, lo que es importante, “que vuelva a ser pionera y abrir puertas para eso estamos capacitadas en el puesto que estoy yo y tengo ese orgullo que lo voy a defender con uñas y dientes”.
Erika Gómez, desde que iba a cumplir 15 años integró la selección mexicana de basquetbol, a partir de 1991, permaneció 20 años como jugadora activa y cerró su carrera con la medalla de plata de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Jugó, entre otras, con Elsa Hayashi, las hermanas Arroyo, Cecilia Manzo y Olivia Carrillo, entre otras.

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Y después de recordar el papel de la selección que participó en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en donde jugó la final con una costilla fisurada, exclamó: “Todo por México es en el corazón”.