El cartel a rayas se ha desvanecido y amarilleado desde que Gerrit Cole lo balanceó con sus manos de 11 años antes del Juego 6 de la Serie Mundial de 2001, proclamando un compromiso de por vida con los Yanquis y ayudando en una misión exitosa para conseguir una práctica de bateo con Derek Jeter.

A medida que su propietario avanzaba hacia el estrellato en el campo, ese pedazo de cartulina arrugado fue pegado a la pared de una habitación de California, luego escondido en un armario para su custodia. Volvió a ver la luz el miércoles, cuando Cole la levantó para celebrar su pacto de nueve años por 324 millones en el Yankee Stadium.

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“Estoy aquí”, dijo Cole, posando para fotografías en su camiseta No. 45 junto a su esposa Amy, el socio general Hal Steinbrenner y el agente Scott Boras. “Siempre he estado aquí”.

Los Yanquis identificaron a Cole, de 29 años, como su objetivo principal de la temporada baja, y Steinbrenner autorizó al gerente general Brian Cashman a mejorarle las ofertas Angelinos y Dodgers realizaron.

Después de afeitarse apuradamente que, según bromeó Cole, provocó su primera cortada en años, la adición elevó instantáneamente a los Yanquis a los favoritos de la Serie Mundial.

El contrato de Cole incluye una cláusula de no intercambio y nuevas calificaciones altas establecidas en términos del valor total del contrato para un pitcher abridor de la agente libre, así como el valor promedio anual para cualquier jugador. El acuerdo de Cole superó el acuerdo de siete años y 245 millones que Stephen Strasburg firmó con los Nacionales unos días antes, el 9 de diciembre.

“Creo que realmente hizo la diferencia ese noveno año”, expresó Cashman. “Es solo una creencia, pero con el tiempo, los otros equipos habrían llegado allí y habrían tomado una decisión más difícil para el jugador”.

El desembolso de nueve cifras para un agente libre es el primero de los neoyorquinos Yankees desde 2014, cuando Masahiro Tanaka acordó un pacto de siete años y 155 millones.

Varios directivos neoyorquinos se entrevistaron con Cole, en una reunión de 4 horas y media , ahí Gerrit recibió una caja dorada en forma de plato que contenía un iPad precargado con respuestas a todas las preguntas que los Yanquis anticiparon que el lanzador podría tener sobre la vida en Nueva York. Eso despertó su interés, al igual que la presentación de Aaron Boone de dos botellas del vino favorito de Cole, el altamente calificado Merlot Masseto.

Nueva York buscaba un as para encabezar una rotación que incluye de antemano al dominicano Luis Severino, Masahiro Tanaka, James Paxton y JA Happ. En el grupo figura también el quisqueyano Domingo Germán, quien podría ser suspendido al comienzo de la próxima temporada, bajo las políticas de Grandes Ligas contra la violencia doméstica.