Fotos: Ramón Romero

Tal vez fue de exhibición y sin gran presión de sus rivales, pero Ronaldinho volvió a demostrar que es una leyenda del futbol mundial.

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Este miércoles, en el Andrés Quintana Roo, a la gente le valió el retraso de juego, vio una gran versión del brasileño. Dinho, con dos asistencias y par de dianas, lideró el triunfo de sus Amigos 8-4 ante las Estrellas de México.

La magia se apoderó de todo Cancún y el 10, pese a que tardó en saltar al terreno de juego, dejó en claro que su carisma y sonrisa son suficientes para hacer feliz a la gente.

EL JUEGO

La noche en Cancún estaba llena de estrellas, pero la que más brillaba era Ronaldinho. El Gaúcho saltó tarde a la cancha por un problema con su pago, pero el amor a la gente y su inigualable sonrisa lo hicieron saltar al terreno de juego de igual forma.

Fueron cerca de 45 minutos los que se retrasó, aunque poco le importó a la gente. Cuando el 10 saltó al campo todo mundo se levantó a aplaudir al astro.

Dinho respondió como sabe, con calidad y magia en el terreno de juego. Poco a poco los toques sin ver, el drible y la sonrisa hicieron levantarse a la casa del Atlante.

El primer gol no tardó en caer. Ronaldinho tomó el balón en los linderos del área y cedió para uno de sus grandes amigos, Ronnie, pareja de la super estrella en el futenis de la exhibición, quien en lugar de devolverle el balón definió ante la estirada del arquero.

Un pequeño rival en el campo le salió a Dinho. La popularidad de Francisco Fonseca, por su paso con los Potros de Hierro, le quitó algunos aplausos al ídolo. Además, Kikín se mandó una gran jugada entre tres defensores y definió como en sus buenos tiempos. La prendió con la parte interna del pie y la puso a segundo palo. ¡Golazo del Kikín! ¡Kikinazo!

El ex del Barcelona no iba a ser opacado. Pidió de inmediato el balón y gracias a un gran toque, Navia volvió a poner arriba a los amigos.

Lo mejor estaba por llegar. Ronaldinho recordó esas épocas en donde dejaba sentados a los defensores. Se inventó una jugada que bien pudo firmar en su época más brillante. Hizo una pared con Braulio Luna y se quitó con fintas a tres defensores, frente al arquero, levantó el balón con la maestra que lo caracteriza. ¡Golazazazo de Dinho!

Fonseca volvió a la carga y acortó la distancia, pero Ronnie, con nuevo pase de su mejor amigo, marcó el 4-2 para llegar al descanso.

Tras 10 minutos y un pequeño baile del protagonista del encuentro, todo se reanudó.

Ronaldinho aprovechó una mano en el área y pidió el balón. Los flashes se encendieron en los celulares; la gente tras la portería se levantó, el momento de la verdad llegó y como siempre, el 10 no falló.

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Poco después, Ronaldinho, exhausto, pidió su cambio para así terminar con la fiesta.

El choque continuó, pero el juego no fue lo mismo. Los goles de Christian Torres por las Estrellas de México y Braulio Luna, Fernando Cruz y Ricardo Osorio sólo sirvieron para engalanar el marcador.

No hubo más en el Andrés Quintana Roo. Ronaldinho brilló como siempre y se llevó un aplauso gigantesco de un Cancún que jamás lo olvidará.