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Fecha

28, octubre 2019 - 17:10

┃ Guillermo Martínez

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POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

A sus escasos 14 años de edad, la clavadista María José Sánchez ya se codea con la élite mundial, y gracias a sus logros nacionales e internacionales, fue acreedora al Premio Estatal del Deporte.

Desde la plataforma de diez metros mira el éxito, observa el camino que debe recorrer para llegar a lo más alto. Entonces da el salto imaginándose que está en el Olimpo. Vuela con la libertad de saber que puede lograr lo que desee, porque es demasiado disciplinada y busca la perfección en cada clavado.

“Estoy muy feliz por mis logros, que han sido de mucho esfuerzo y dedicación, pero más a mi familia, que me ha llevado por este camino. Quiero llegar a lo más alto, a los Juegos Olímpicos, entonces me preparo, me exijo al máximo para lograrlo”.

Mary Jo sonríe, disfruta ver su silueta reflejada en el agua, ahí donde aspira dejar grabado su nombre para toda la eternidad.

“Antes veía a varios de mis compañeros competir a través de la televisión. Ahora que estoy a su lado, siento que estoy en el paraíso. Gracias a la sencillez de ellos y los consejos de mis padres, es que sigo con los pies en la tierra, porque me falta mucho. Si llego a Tokio 2020, deseo alcanzar preseas, pero si no, en París sé que llegaré con mejor preparación y madurez”.

Nacida en una familia dedicada al deporte, su mamá es maestra de gimnasia, a los 2 años de edad la comenzó a llevar a los entrenamientos, pero en un descuido se le escapaba a la fosa de clavados, por lo que a los 3 años ya se aventaba desde los trampolines.

“Sentía una sensación maravillosa estar en el agua, me encanta, por ello preferí los clavados a la gimnasia. Además, practiqué futbol, pero no me atrapó. Los saltos los practico casi cinco horas por la mañana y otras 4 por la tarde. Es una rutina a la que me ha acostumbrado”.

Ahora sabe que hay más responsabilidad con ella en el deporte, pero gracias a la confianza de los que la rodean, así como de la entrenadora Ma Jin, la deportista quiere ser un ejemplo para quienes vienen detrás de ella.

“No lo siento como una responsabilidad estar en el alto rendimiento, porque es lo que busqué. Más bien he logrado cosas que tal vez otras han tardado más años en lograrlo. Pero es por el trabajo, por la pasión que tengo de este deporte y por mi sueño olímpico. La verdad me siento afortunada de estar en la selección y que me lleven a viajar. No ha sido fácil para mis papás dejarme ir, pero hay mucha confianza entre todos”.

Siempre que escucha la palabra clavados, eso le ilumina el día.

“Porque lo traigo en las venas. Me gusta la música y leer e ir al cine, pero siempre estoy pensando en las competencias, en saltar hacia el agua. Espero nunca rendirme, ya que los logros no se obtienen de la noche a la mañana, así que mejor echarle ganas y trabajar más duro”.