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Mira

11, octubre 2019 - 17:40

┃ Javier Juárez

chicago

FOTO: JAVIER JUÁREZ

Chicago.- La ciudad que corrompió Al Capone, la de los vientos gélidos y olor a madera mojada por los numerosos puentes que atraviesan la urbe como arterias en el cuerpo, está preparada, a pesar de la lluvia que no deja de caer, para una edición más del Maratón de Chicago. El conteo regresivo, para ver en acción a la máquina Mo Farah, Galen Rupp y Dickson Chumba, entre otros, está por culminar.

La bella ciudad, atrapada en el tiempo, pero con sitios modernos, acorde a su elite, ofrece tantas atracciones, que se necesita “más de una vida”, para conocerlas todas, “siempre encuentras un lugar nuevo”, dicen los nativos e invasores que fueron de paso y nunca más huyeron.

Tláloc o cómo conozcan los estadounidenses al Dios de la lluvia, llegó a la metrópoli el jueves en la noche y quedó anclado, al menos, un día más.

Sin hacerle caso al ligero diluvio, los sitios operan y reciben a decenas de curiosos de todas partes del mundo.

En el ‘dowtown’ ir al Skydeck, dentro de la Willis Tower es la opción natural. A 412 metros de altura ofrece una imagen de toda la ciudad.

Con cielo despejado, desde el piso 103, se ven los estados de Wisconsin, Michigan, Illinois e Indiana, por ahora, la nubosidad truncó esa opción.

Si existe pavor por tanta elevación, entonces, con un costo de 40 dólares, el paseo en bote sobre el Lago Michigan, es la mejor alternativa.

En hora y media de navegación, se conoce, a través de un historiador, anécdotas, edificios y olores de Chicago. La llovizna, como compañera de todo el viaje, no cesó, pero no fue problema.

Flotar bajo los diversos puentes que unen a la ciudad, escuchar el crujir de la madera con el movimiento del tren, sentir la brisa y soportar con entusiasmo el frío que llega por los conocidos vientos, es algo extraordinario. Los visitantes y participantes, antes del Maratón, tienen alternativas, antes de correr y correr.

Con minutos sin llovizna, ir a conocer el “Bean”, el famoso “Frijolito”, es lo mejor.
Interminables fotografías y selfies se toman todos los días y se suben de inmediato al “face”.

Con más tiempo, correr a las orillas del mismo Lago Michigan, contemplar las añejas paredes del Soldier Field, asistir a un juego de los Toros de Chicago, ver el amanecer desde el muelle de Navy Pier, son otras de las numerosas cosas que se pueden hacer.

Francia, con pie y medio en la Eurocopa

El pistolazo de salida para la edición 42 del Maratón de Chicago, el penúltimo Major del año en curso, está por escucharse.

El clima no es el mejor, pero no es obstáculo para nadie. Con viento, mucho viento frío y marea, la competencia, como cada año, está por iniciar.

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