FOTO: Érik Estrella

Dos de las personalidades más fuertes del futbol mexicano son Miguel Herrera y Ricardo Ferretti. Ambos entrenadores nos brindan semana a semana postales llenas de la pasión e intensidad con la que viven el juego.

En ocasiones, ese carácter que tienen los ha hecho caer en juegos de declaraciones, dimes y diretes que, ellos mismos, dejan de lado cada que se encuentran. Su amistad trasciende todo eso y así lo dejaron ver en la conferencia de prensa en el Dignity Health Sports Park.

Previo a su aparición, los técnicos de Cruz Azul y Necaxa, hicieron lo propio ante los medios de comunicación, y cuando le tocó el turno a “Piojo” y “Tuca”, ambos se salieron del script al señalar que: “estamos muy serios, hay que divertirse”.
El primero en hablar de la estima que le tiene a su contraparte fue Ricardo. Incluso, recordó que conoció a Herrera desde su etapa como jugador en Toros Neza.

“Entre Miguel y yo hay una gran amistad y una gran pasión. Tanto él como yo, vivimos el futbol de forma intensa y buscamos transmitir a nuestros jugadores la pasión por el futbol y nuestras instituciones. Tengo el gusto de conocerlo desde que jugaba en Neza, dijiste que era un dinosaurio mano. Todavía me tocó cuando jugabas. Un gusto enorme poder estar aquí, enfrentar a Miguel, que dirige una gran institución como América y me da mucha alegría y satisfacción de entrenadores que han demostrado una gran carrera”, expresó.

El entrenador del Ame, no perdió la oportunidad para devolver los elogios y recalcar que, aunque se piense que no hay armonía entre ambos, admira a Ferretti por todo lo logrado en su trayectoria.

“Les gusta pensar que nos enfrentamos y no hay buena vibra. Observarlo desde chavo como jugador y técnico es un gran ejemplo porque es el tipo más exitoso del futbol mexicano. Queremos emular lo que hace al ganar títulos. Me encanta enfrentarlo porque es un gran entrenador. Sé que tengo trabajo y él también, eso nos gusta, da gusto verlo cada torneo porque está vigente”, manifestó.

Al término de la conferencia, los dos posaron sonrientes, se dieron la mano y se fundieron en un fraterno abrazo. Hoy, durante 90 minutos, esa cordialidad quedará de lado para que uno de los dos se convierta en Campeón de Campeones.