28, junio 2019 - 16:27
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Houston.- Bajo un sol incesante y una temperatura extrema, superior a los treinta grados Celsius, la Selección Mexicana regresó al trabajo de campo en las instalaciones del Houston Dynamo para encarar su siguiente prueba: Costa Rica en los cuartos de final dentro de la Copa Oro.
El equipo azteca nuevamente no acudió al reconocimiento de cancha y prefirió entrenar a temprana hora y descansar por la tarde en su hotel de concentración. El intenso calor y humedad fueron unas de las causas, aunque también se debe a la cábala que ha tenido Gerardo Martino a lo largo del torneo regional.
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México regresó al trabajo y éste fue de manera más exigente de cara al examen tico, prueba que representa una mayor complejidad en el proceso del entrenador argentino.
Durante los quince minutos de acceso a la prensa, breve calentamiento, ejercicios ligeros y un breve torito fueron las primeras impresiones de los seleccionados a los medios de comunicación. Una vez que los medios dijeron adiós, el técnico argentino pasó a una práctica más exigente y completamente futbolística en donde montó el tradicional 4-3-3, siendo Héctor Moreno y Rodolfo Pizarro en las novedades de su once estelar.
Moreno regresará a la zaga junto a Néstor Araujo y Pizarro acompañará a los atacantes, Uriel Antuna y Raúl Jiménez.
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Así que Martino ya entrenó con los mejores hombres, sus armas para chocar contra el esquema de Gustavo Matosas, hombre que conoce a perfección el estilo, comportamiento y calidad del equipo azteca.
Hora y media de trabajo, y el equipo retornó al hotel de concentración, ya que era imposible caminar o desgastarse en la selva calurosa de Houston. /Luis García Olivo/ Enviado