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Mira

13, junio 2019 - 18:45

┃ Rubén Beristáin

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POR RUBÉN BERISTÁIN 

Los videos y comentarios que se pueden ver y leer en redes sociales son solamente una pisca de lo que es el nuevo refuerzo de Cruz Azul.

Guillermo Fernández es de esos jugadores que le encantan a Pedro Caixinha. Su versatilidad en el medio campo lo hará una clara competencia para todos los volantes cementeros. Orbelín Pineda, Roberto Alvarado, Édgar Méndez, Yoshimar Yotún, Elías Hernández y compañía no podrán aflojar el paso ahora, porque Pol se adueñará, seguramente, de un sitio en el medio sector.

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Pero ¿cómo juega Fernández?

La respuesta no es sencilla. El argentino tiene muchas cualidades en las piernas. Juega, principalmente, como un volante interno. El centro del campo es lo que lo apasiona, e incluso tiene la capacidad táctica y técnica para ejercer como un media punta o doble cinco. La versatilidad y plurivalencia que muestra lo hace errar muy pocos pases y cometer pocos errores en la zona más importante del terreno de juego

Como curiosidad, Pol no tiene como ídolo a un argentino. Su referente en esa posición es el brasileño Paulinho. El ex del Barcelona se caracteriza por también llegar al ataque en varias ocasiones, es por eso que Fernández le gusta arribar por sorpresa al área enemiga y probar a media o larga distancia. Y por si fuera poco, tiene una gran pegada. Así lo ha demostrado en sus anteriores equipos en su natal Argentina.

Su manejo de balón es exquisito. Con Racing destacó por su capacidad de decidir en el último tercio del campo. Como dueño de la pelota parada, gracias a su excelente técnica de golpeo, Fernández suele no mostrar debilidades frente a la portería de los rivales.

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Su cualidad más importante, sin duda alguna, es su técnica individual. La visión que demostró con Racing con sus certeros dardos ante la marca enemiga en espacios muy reducidos y asistir a sus compañeros en jugadas definitivas. Guillermo no es egoísta de cara al gol y siempre busca al jugador mejor ubicado.

El argentino inició su formación en las fuerzas básicas de Boca Juniors, pero posteriormente se fue en préstamo a Rosario Central. Cuando regresó al conjunto xeneize debutó en Primera División y desde sus primeros encuentros mostró grandes dotes, versatilidad y habilidad para jugar en diferentes posiciones.

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