Hace apenas un semestre, Cruz Azul lucía como equipo sólido, ordenado, contundente y con una forma balompédica eficaz, la cual pronto le permitió posicionarse entre los máximos contendientes al título de Liga, inercia que le ayudó a la conquista de la Copa MX.

Hoy la historia es diferente, extrema, como suele ocurrir cíclicamente en La Noria. Esta Máquina dista mucho de aquellos días en los que comandaba el campeonato en la clasificación general. Parece que el golpe de la final perdida con América fue un mazazo del que todavía no se puede recuperar, con todo y que se aproxima la mitad de la fase regular del Clausura 2019, en la cual el conjunto de Pedro Caixinha solamente ha ganado dos partidos de siete, sumergido en una racha de tres cotejos consecutivos sin éxito. A ello que se suma el reciente bochorno experimentado contra Alebrijes, que dejó al plantel cementero sin refrendo al título copero.

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Tras lo sucedido, la directiva celeste no se encuentra nada contenta. Las palabras del director deportivo, Ricardo Peláez, fueron fiel reflejo del sentir desde su posición y dejó entrever que la continuidad de Pedro Caixinha no está asegurada. “No hay ningún pretexto. El equipo está muy mal, asumo la responsabilidad y tendré que tomar decisiones en su momento”, manifestó preocupado.

Este viernes, los cruzazulinos visitarán al Veracruz, equipo que no ha ganado y ni siquiera ha podido anotar gol a lo largo de siete largas jornadas. En el papel podría parecer una oportunidad ideal para volver a ganar y retomar la confianza que, según lo dicho por el propio Caixinha, se ha visto mermada en los jugadores; pero si por aquellos azares del destino, los Tiburones logran imponerse a Cruz Azul, los focos, ya de por sí encendidos, se tornarían rojos.

De no ganar en el Puerto, el cargo del portugués correría verdadero peligro. Pelear por la Liga es obligación para la institución y los puntos extraviados podrían salirle muy caro al polémico estratega, y más ante oponentes de una nómina considerablemente menor a la que ellos presumen.

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Por ahora no hay nombres formalmente ligados como un plan “B” para sustituir a Caixinha, pero cabe recordar que Ricardo Peláez no es un directivo que actúe de forma impulsiva. Gusta de los proyectos sólidos y toma acciones solamente en caso de que la situación sea realmente insostenible, como la que parece aproximarse en La Noria.

De entrada, este Cruz Azul de Caixinha tiene una cita vital en Veracruz. Ganar es la consigna, otro escenario resultaría catastrófico.