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PARÍS 2024

10, diciembre 2014 - 20:24

┃ María Vega

nota-otros-castillo

POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.
FOTOS: ALBERTO MONTALVO

CREA imágenes a través de su cuerpo.
Sus movimientos son ilusiones, ritmos, juegos en el aire.
Vibrante armonía surge cuando conjuga su ser con la gimnasia.
Con los colores patrióticos en su pecho.
Porque fue un 16 de septiembre cuando Rut Castillo vino al mundo.
Después de la noche de las fiestas patrias, la pequeña le sonrió a la vida.
“Fue en 1990 cuando nací en Guadalajara. Hasta los cinco años mi infancia fue de juegos y muñecas. Posteriormente le dije a mi mamá que deseaba meterme la gimnasia. Ella aceptó, aunque al principio pensó que era un capricho, pero al paso del tiempo, se dio cuenta que fue algo que me apasionaba hacer”.
En su casa era correr y jugar a las escondidas.
Hasta que un día vio unas imágenes de gimnastas en la televisión, que sus ojos se quedaron asombrados.
Rut no creía lo que estaba viendo. Varias chicas compitiendo con movimientos elegantes, utilizando aros, pelota, clavas y listones.
“Fue sólo un instante en que vi esas imágenes, y ya estaba pidiendo que me inscribieran a ese deporte. La curiosidad hizo que me imaginara haciendo lo mismo, y eso me duró hasta los diez años, donde me incursioné en la gimnasia rítmica; disciplina que practico hasta la fecha”.
Gracias a ello fue subiendo al podio en cada competencia.
Era su primer reto el llegar a ser premiada, lo que sucedió hasta la Olimpiada Nacional”.
“Al primer año de dedicarme de lleno gané mi primera medalla. Fue emocionante porque mis papás me felicitaron y comentaron que podía dar más. Por lo que continúo hasta la fecha con más motivación cada día”.
Siempre buscando el equilibrio de las formas y la ley de la gravedad.
Ahora, a través de los años fue creciendo y logrando más preseas, por lo que así desea coronarse también en Río de Janeiro.
“Sé que es difícil pero no imposible. Afortunadamente me encuentro en un buen nivel. Con todo mi cuerpo activado y formado en la gimnasia. Disfrutando y gozando cada interpretación, siguiendo la música, las luces, el aplauso del público que reconoce toda esa entrega, esas duras faenas de dolor y de lesiones, pero que al final te llevan a la recompensa”.
Cada movimiento, es una escultura en el aire.
Un encuentro con su yo interior.
“Siempre bendigo el momento en que me uní a este deporte. Ya son muchos años de trayectoria deportiva, 8 en el alto rendimiento y como seleccionada. Gracias a ello, he tenido la bonita experiencia de asistir a muchos eventos nacionales e Internacionales. Eso hace que sea más disciplinada. Más entregada a los objetivos porque hay mucha gente dispuesta a ocupar este lugar que con tanto sacrificio me han otorgado”.
Rut Castillo tiene una afición por los libros de aventuras e históricas.
Por lo que su anhelo es seguir escribiendo con cada frase de su cuerpo, un libro en el que muestre toda esa generosidad que le brinda el ser deportista de alto rendimiento.