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Mira

31, diciembre 2018 - 19:00

┃ Mike Garcia

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Odiado, querido, juzgado y hasta envidiado, así podríamos definir el 2018 del boxeador mexicano y multicampeón, Saúl “Canelo” Álvarez, que pasó de la obscuridad de un dopaje hasta la felicidad por conseguir los cetros peso mediano y supermediano.

El año pintaba prometedor para el mexicano, tras el empate con Gennady Golovkin del 15 de septiembre del 2017 en Las Vegas, los fanáticos del boxeo presionaban a Oscar de la Hoya (dueño de Golden Boy Promotion) a que confirmará el desempate entre ambos pugilistas.

Pasaron algunos meses de incertidumbre, los rumores no se hicieron esperar de que en caso de no concretarse el duelo ante el kazajo, la promotora estaría abriendo la puerta a nuevos rivales.

Pero la gran noticias llegó y se confirmaba el tercer episodio para Saúl y Gennady, lo que nadie vio venir fue el positivo por doping del jalisciense.

Fue en marzo cuando se dio la noticia del doping positivo por parte de Saúl, derivado del consumo de carne contaminada, esto provocaría una ola de críticas para él por el descuido que tuvo, incluso se dice que fue en la reunión que tuvo en Guadalajara con Carlos Slim, el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y el empresario Carlos Bremer, donde consumió la proteína impurificada.

La Agencia Antidopaje de los Estados Unidos (USADA  por sus siglas en ingles) le dio una suspensión de cinco meses, con la opción de reducir la sentencia si mostraba pruebas claras de su inocencia. Por ende la pelea con Golovkin del 5 de mayo tuvo que ser pospuesta.

Fueron largos meses en los que Canelo presentó 15 controles antidopaje con tal de mostrar que estaba limpio de cualquier sustancia, fue entonces que la mesa se encontraba lista, para que el 15 de septiembre se diera el tan anhelado enfrentamiento.

La T-Mobile Arena sería la sede del encuentro, la afición mexicana se encontraba dividida, por un lado estaban los que lo apoyaban y cobijaban, pero del otro se encontraban aquellos que lo querían verlo perder.

El combate no defraudo, cumplió con las expectativas que se tenían, los dos se dieron con todo lo mejor que tenían en su arsenal, el mexicano fue más ofensivo buscando aplicar golpes a las zonas blandas de su rival.

Golovkin fue más contragolpeador, intentaba noquear a Saúl y llegó a conectar buenas combinaciones en el cuerpo de Álvarez, pero el tiempo no fue suficiente.

Los jueces vieron ganar al mexicano y con ello conquistar el cetro medio del WBC (Consejo Mundial de Boxeo) por la vía de la decisión unánime por tarjetas de 114-114, 115-113 y 115-113.

Dicho triunfo le hizo valer su candidatura al Premio Nacional del Deporte 2018.

Dos meses después del encuentro contra GGG, se daba a conocer la noticia que le daría la vuelta al mundo, Saúl se convertiría en el deportista mexicano mejor pagado de la historia, tras firmar un contrato con la empresa DAZN y ganar nada más y nada menos la cantidad de 365 millones de dólares.

Algo más o menos desglosado así: 73 millones al año, 6 millones al mes, 1,5 millones a la semana, 217.000 al día, 9.047 por hora, 150 por minutos y 2,5 por segundo.

Canelo estrenaría su nuevo contrato multimillonario con su pelea ante el inglés, Rocky Fielding, por el cetro supermediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Para este encuentro habían tres grandes retos que el mexicano debía pasar, 1-el salir de Las Vegas y convencer de que no es un boxeador protegido, 2- enfrentar a un rival que tiene mayor altura y peso y 3- conquistar su tercer título en tres diferentes categorías (superwelter, mediano y supermediano).

Nueva York y el Madison Square Garden serían la sede del encuentro, en un mes poco común para que un mexicano suba al ring, pese a ser una ciudad con pocos mexicanos, Saúl fue arropado por los neoyorkinos y la única preocupación que se tenía era la de cumplir con el peso sin problemas.

Fielding llegó como el no favorito para ganar, incluso ese pronóstico se haría efectivo más adelante.

Durante la ceremonia de pesaje se vio a un Canelo concentrado y enfocado por dar la campanada, mientras que Fielding subió nada más a cumplir con el tramite, el hasta ese momento campeón se sentía seguro de ganar la contienda.

La pelea fue lo menos, Rocky subió a cobrar la millonaria bolsa y Canelo lo destruyo en tres asaltos, lo que para unos causo euforia, para otros un robo absurdo.

Para este 2019 las cartas que se manejan son tres, el más probable y que puede ser el 5 de mayo es Gennady Golovkin, de ahí nos desprendemos a Daniel Jacobs y Jermall Charlo.

Otros de los proyectos que se tiene para Saúl, es el regreso a tener una pelea en México y sería en el mítico Estadio Azteca donde se lleve a cabo la contienda.

Lo que es seguro es que veremos a Canelo defendiendo sus coronas en este año que viene.