Tigres partió, el cuadro felino voló a la capital horas después de devorar a Pumas. El equipo felino afiló brevemente sus garras en La Cueva de Zuazua y de inmediato se trasladó a al aeropuerto Mariano Escobedo.
El autobús felino llegó rápido al lugar, la sorpresa de los jugadores fue ver a sus fieles seguidores esperándolos en la terminal aérea.

Los Libres y Lokos se organizaron de forma exprés y pisaron el lugar con banderas, mantas, trompetas y tambores.
Ricardo Ferretti lideró el avance de la manada, el “Tuca” caminó de prisa, pero observó bajó sus lentes oscuros todo lo que pasó.

Detrás del técnico aparecieron Luis Rodríguez, Francisco Meza e Israel Jiménez, los zagueros atendieron rápidamente a sus seguidores.

Los cánticos comenzaron a escucharse en todo el lugar. Jesús Dueñas, Javier Aquino y Hugo Ayala fueron los siguientes en desfilar. Los tres fueron abrazados por los presentes.

La euforia creció al ver la silueta de André-Pierre Gignac, el galo fue el más solicitado para selfies y autógrafos. Entre empujones avanzó el francés.

Enner Valencia, Jürgen Damm y Eduardo Vargas formaron el otro grupo, la proximidad del vuelo evitó que los jugadores se detuvieran más tiempo con sus fanáticos.

La pasarela continúo y cerró con Nahuel Guzmán, Guido Pizarro e Ismael Sosa, los ches repartieron algunas firmas y sin perder tiempo subieron las escaleras que los llevó a la sala de espera.
Ya con el plantel en el interior del lugar, las porras y los instrumentos sonaron con más fuerza.
Los Libres y Lokos permanecieron varios minutos y después se retiraron del lugar. La calma regresó al aeropuerto.
Arropados, cobijados por su gente, Tigres se fue con la esperanza de volver a San Nicolás con el pase a las semifinales en la bolsa.

UN DÍA ANTES
El viaje felino estaba programado para el día sábado, sin embargo, Ricardo Ferretti decidió trasladarse a la capital antes para adaptarse mejor a la altura de la capital. Tigres va en serio sin darle ventajas al rival.