Foto: Ramón Romero / ESTO

Querétaro.- Ser nombrado favorito al título no basta a la hora de enfrentar la Liguilla, hay que demostrar con jerarquía esa etiqueta. Así lo entendió Cruz Azul, que con autoridad se presentó en La Corregidora para pitar con fuerza y apagar cualquier intento de Gallos por cantar en su casa.

La Máquina se vio como una auténtica aplanadora en Querétaro y consiguió un triunfo que lo tiene con un pie en las semifinales. Pablo Aguilar y Edgar Méndez marcaron el rumbo con sus goles. La ventaja de 2-0 luce muy cómoda, y aunque todo puede pasar, luce complicado que le saquen la eliminatoria a los de La Noria.

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EL JUEGO

El camino rumbo al fin de la maldición en Liga comenzó ayer para Cruz Azul. La primera parada fue en La Corregidora de Querétaro, en donde los Cementeros se plantaron con personalidad para hacer valer su jerarquía de líder general y candidato al título.

Gallos, sin nada que perder, comenzó el partido con una actitud voluntariosa. Intentaron tener el balón e ir al frente; sin embargo, se encontraron con un auténtico muro de cemento con el que chocaron una y otra vez. Corona ni siquiera se despeinaba.

Conforme los minutos avanzaron, el manejo del encuentro por parte de los visitantes fue más palpable. Adelantaron las líneas algunos metros y comenzaron a participar más elementos como Elías Hernández y Roberto Alvarado, los cerebros de la maquinaria azul.

La pelota parada sería una gran aliada para los de La Noria. Fue mediante un tiro de esquina como le pusieron número a la casa. Adrián Aldrete se encontró con un rebote por izquierda y sin dejar caer la pelota, recentró de zurda. La bola salió puesta como con la mano hasta el segundo poste, en donde Pablo Aguilar ya esperaba ansioso. El paraguayo se tendió y puso un frentazo abajo, a donde le duele a los arqueros. Volpi no tuvo nada que hacer.

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Cuando se cantaba el tanto celeste, el abanderado levantó su bandera para invalidar la jugada; sin embargo, el VAR no quiso quedarse fuera de la fiesta e intervino para validar el gol del zaguero guaraní. La Máquina ya pitaba en suelo queretano.

Amo y señor de las acciones, el conjunto de Pedro Caixinha controlaba a su antojo los tiempos del cotejo. El esférico era distribuido por todo el terreno de juego y Querétaro no hallaba la forma de reaccionar, solamente una escapada de Sanvezzo en donde perdió el mano a mano con Corona, aunque al final, el cuerpo arbitral apagó las emociones por un fuera de fuego que tardó en ser señalado.

Con tranquilidad, los azules –que ayer vistieron de blanco- se fueron al descanso con la certeza de que la tarea de anotar como visitante estaba hecha y la serie muy pronto de su lado.

El segundo tiempo trajo las oportunidades para que Cruz Azul  marcara todavía más diferencia. Elías Hernández intentó, se insinuó, pero no tuvo el tino. Fue el otro volante, Edgar Méndez, el que reflejaría en el electrónico lo que en el campo sucedía. El español tuvo la virtud de estar en el momento adecuado cuando Elías disparó de forma defectuosa tras un impacto al poste de Alvarado. El intento de Hernández cayó justo a la ubicación del ibérico, quien se estiró para encontrar el esférico y mandarlo a guardar. La eliminatoria parecía que empezaba a tomar rumbo muy pronto.

Herido de muerte, Gallos se volcó al frente. Rafael Puente mandó a Stum y Britos a la cancha para acompañar a Sanvezzo y buscar más punch, aunque todo fue más con base en corazón y ganas que ideas futbolísticas.

El primer capítulo de la eliminatoria tuvo un final feliz para los azules. Las semifinales parecen muy cerca y solamente les falta terminar la obra el sábado en el Azteca.

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