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4, septiembre 2018 - 17:32

┃ Jorge Víctor Calzada

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Foto: Archivo ESTO

El 4 de septiembre marca el nacimiento del Club Santos Laguna; y el 2018, su 35 aniversario. Si bien una institución va más allá de las personas que la conforman, la historia de los Guerreros no se entendería sin Jared Borgetti Echavarría.

Oriundo de Culiacancito, un pueblo a diez kilómetros de la capital sinaloense, aprendió, desde muy niño, que para comer había que trabajar y levantarse temprano: “Un ejido agricultor, en aquel entonces cien por ciento. Hoy ya han cambiado las cosas, era de los mayores productores de tomate a nivel nacional. Me tocó trabajar en eso, fue una gran etapa de mi vida”.

De su tierra natal, Jared Francisco salió con casi 20 años de edad, y prácticamente a la aventura: “Ya bastante maduro. Era padre jugar en mi pueblo y destacar, ser el goleador del equipo, que en mi primaria, secundaria y prepa me reconocieran, que mis amigos quisieran jugar conmigo, goleador en Culiacán ya en la parte amateur, fui paso a paso. Para ser sincero, no me daba para pensar qué más cosas había. No sabía que existía el Atlas, ni cuántos equipos había en la Liga del futbol mexicano”.

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Tres años y medio después, Borgetti regresó a casa, el 23 de diciembre de 1996: “Después del primer campeonato que logramos en Santos. Por muchos años me tocó ver cómo recibían a Julio César Chávez cuando se bajaba del avión después de una pelea de campeonato. Respeto y mido todo, pero gracias a Dios me tocó ser recibido muy bien bajándome del avión, estaba esperándome mucha gente. Me fui como se iba Julio saliendo del aeropuerto”.

SANTOS LO PUSO EN LA SELECCIÓN

“Santos Laguna es el que me pone en la Selección Nacional, yo eso se lo agradezco mucho. Otra cosa que le puedo agradecer es poder haber sido campeón, dos veces. Cuando me preguntan por qué no me fui a un equipo de los nombrados más populares de México, que sí me buscaron, en mi forma de pensar yo pretendía siempre estar en un lugar donde me trataran bien”.

CRECIERON JUNTOS

“Hoy puedo decir que Santos creció y crecimos juntos, fuimos campeones al mismo tiempo, nos dimos a conocer al mismo tiempo, la gente empezó a ver a Santos Laguna aunque no era su equipo, les gustaba ver al equipo los domingos a las 4 de la tarde, y nos tocó ser parte de eso”.

MIEDO AL ENTERARSE

“Desde que me hablan y me dicen que hay esta posibilidad, el sentimiento de miedo fue el primero que me pasó por mi cuerpo. Miedo por saber qué es lo que podría pasar, conociendo lo que era la afición. Tampoco venía como una solución, como una estrella o como alguien que iba a cambiar el rumbo de Santos Laguna. Venía como un refuerzo más. Le agradezco a la gente que en su momento confío en mí para poderme traer”.

CALOR INFERNAL

“Cuando llego, estaba el calor infernal, pensé que iba a estar complicado todo el entorno, pero en pretemporada el equipo me empezó a tratar muy bien, muchos jugadores de experiencia, pero también muchos jóvenes queriendo ganarse un puesto, algunos de mi edad, como Daniel Deeke que había llegado también en ese torneo, y Nicolás (Ramírez) que ya estaba aquí. Nos empezamos a llevar bien, empezaron a hacerme sentir a gusto. Eso me tranquilizó un poco, la pretemporada”.

EL MIEDO SE FUE

“No conocía gente acá. A la única persona que conocía de acá era a Ghandi Vega. Empecé a sentirme muy a gusto, muy tranquilo y ya el miedo se me fue. Empecé a ilusionarme en hacer que las cosas sucedieran por sí solas y que yo iba a ser lo mejor posible para que nos fuera bien”.

ALFREDO TENA

“El profe Tena es una persona muy seria, sin muchas palabras, muy recio en su forma de ser, muy frío en la forma de emocionarse, pero muy respetuoso. Él confío mucho en mí, en lo que yo le podía dar. No me lo esperaba, para ser sincero. No me esperaba llegar y jugar de titular, pero él, como una persona de futbol, entendía que los tiempos, los momentos y las rachas son parte del futbol. Me respaldó por mucho tiempo, me aguantó, me mantuvo. Junto con José Miguel (Zavaelavd), fuimos los únicos que jugamos todos los minutos de principio a fin”.

FINAL CONTRA NECAXA (INVIERNO DEL 96)

“Un equipo bastante difícil, con muy buenos jugadores, de buena experiencia, defensivamente mejor que en años anteriores. Sabía que para mí iba a ser complicado tener una buena serie, y así fue. Allá no tuve muchas oportunidades, acá tampoco, pero Tena siempre confió en mí, sabiendo que en cualquier momento el equipo me iba a necesitar y ahí iba a estar. Podría decir que de esos ciento ochenta minutos, anoté la única que tuve. Llegó hasta el ochenta y tantos del segundo partido acá”.

SALIÓ PERFECTO

“Un centro de ‘Nico’. Un centro normal que practicábamos mucho siempre que entrenábamos. Algunas veces, por la tarde, cuando estaba el calor un poquito más tranquilo, nos poníamos a hacer remates a gol, centros; él centrando y yo rematando, algunas veces yo centrando y él rematando, pero yo era malo para centrar y él para rematar, así es que regresábamos a lo primero… y salió perfecto”.

ESE GOL CAMBIÓ SU VIDA

“Con polémica, con todo lo que quieran, que hasta hoy todavía la gente de Necaxa lo sigue recordando, pero yo hice lo que tenía que hacer. Ese gol cambió mi vida, nos dio el triunfo, le dio el campeonato a Santos, me dio mi primer campeonato a mí también. Me toca anotar el gol del campeonato, por decirlo así. Aunque los de (Gabriel) Caballero, los de (Francisco Gabriel) de Anda, también cuentan, al final el que anota el último es el que la gente lo recuerda. Me toca meter el primer gol de ese torneo para Santos Laguna, y el último”.

NO TODO FUE FELICIDAD EN SANTOS

“Al siguiente torneo no nos fue tan bien, apenas alcanzamos a calificar; y luego ya no calificamos. Como en todos los clubes, a veces no te va tan bien, y hay que aguantar. No todo fue felicidad en Santos, mi relación con la gente durante los partidos. No todos fueron aplausos, hubo veces que estaba enojado con la gente, hubo goles que anoté después de haber sido exigido. Del enojo, de tantas cosas, terminas peleándote con alguien en la tribuna, claro que lo hice”.

EL EQUIPO QUEDÓ A LA DERIVA

“Al momento de que al dueño lo detienen, el equipo queda a la deriva. La gente empezó a decir que no había manera de sacar dinero porque las cuentas estaban congeladas. Aunque habíamos jugadores que ganábamos bien, al final siempre hay gente que vive del día a día. Para poder seguir manteniendo el equipo a flote, había que ayudar a los que menos tenían, a los que no percibían casi nada. Era tratar de ayudar a la gente del club, a los jardineros, la gente del estadio. Entre varios, tratábamos de ayudar un poco a los que menos tenían. Vino gente de Atlas que había puesto a cargo la Federación, les dije que los primeros que tenían que recibir el pago eran los que más lo necesitaban. Nosotros nos íbamos a aguantar. Se ha hablado mucho que yo daba dinero, al igual que otros compañeros. No me visto de héroe, nunca ha sido así”.

LLEVARSE AL EQUIPO

“Tenían, hasta cierto punto, la idea de llevarse al equipo. Afortunadamente nos fue bien, fue el primer InterLiga y salimos campeones, y ese InterLiga nos dio para participar en la Copa Libertadores. Decidieron quedarse acá, se hablaba de remodelar el estadio. Quién sabe qué hubiera pasado, después la Federación pone otra vez a Grupo Modelo”.

CON EL CORAZÓN PARTIDO

“Me dolió irme, dejar la tranquilidad, ocho años tenía ya acá, pero entendía el momento del equipo, la situación en la que estaba. Estaba Memo Cantú, Yayo (de la Torre) de técnico, y se abre la posibilidad de Dorados que acababa de ascender. Grupo Modelo se había hecho cargo, pero no iba a invertir en el equipo. Ofrecían una buena cantidad por mí, y Memo me dio los puntos en los cuales se beneficiarían si me vendían: el dinero que iban a recibir, el dinero que iban a dejar de pagarme, sumado al presupuesto, les iba a dar la posibilidad para poder armar al equipo. Aunque tenía contrato, si yéndome les podía ayudar, estaba bien. Salgo de acá, me voy agradecido, feliz y satisfecho, pero con el corazón partido. Entendí que así es la parte del futbolista, cambiar de equipo aunque no lo deseas”.

SANTISTA POR SIEMPRE

“Santista por siempre, aunque la gente de Atlas se enoje. Atlas me dio la oportunidad, pero Santos es con quien me entregué y me identifiqué, y con quien la gente me identifica. La gente en México y en Centroamérica, les mencionan Santos Laguna y rápidamente lo relacionan con Borgetti. No hay forma de hacerme sentir mejor”.

LAGUNERO POR ADOPCIÓN

“Lo que a mí me quiere la gente aquí en Torreón, muchos de los que tomaron la decisión de cambiarse a otro equipo, ni los recuerdan en esos equipos. A mí me tocó ser parte de Santos en su crecimiento. Nos ayudamos, siempre he dicho; el club más a mí, obviamente, a ser alguien, y yo, junto con otros jugadores, a hacer que este club fuera protagonista”.

FINALMENTE, DIRECTOR TÉCNICO DE LOS GUERREROS

“Me llama la atención, me gusta, pero todo a su debido tiempo. Sé que a la gente en Torreón le gustaría que algún día pudiera dirigir a Santos Laguna. No tengo el título de técnico y no lo he sacado porque no quiero tener esa tentación, pero no lo descarto. Veremos qué dice el tiempo”.

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