CRÓNICA

Monterrey armó su primera carnita asada del torneo, pero dejó los cortes en la Sultana del Norte y puso a los Tuzos en el asador. Avilés Hurtado se encargó de cocinar la victoria con un solitario gol en complicidad con Alfonso Blanco, quien no supo como atacar el disparo del colombiano y le abrió la puerta a la victoria de La Pandilla.

Diego Alonso tuvo un debut triunfal ante su ex equipo, y aunque la exhibición de Rayados no fue tan convincente, le alcanzó para el triunfo por la mínima diferencia. En contra parte Paco Ayestarán tuvo un regreso complicado al futbol mexicano y tendrá la misión de enderezar cuanto antes el barco hidalguense ahora que hay tiempo.

EL JUEGO

Una tarde de reencuentros se vivió en el Estadio Hidalgo. Viejos conocidos de la “Bella Airosa” regresaron juntos a la tierra donde fueron campeones, pero con la camiseta de Rayados puesta y con toda la convicción de arrebatar los primeros tres puntos del torneo a unos Tuzos que cambiaron las tradicionales rayas de su camiseta por cuatro bloques en azul y blanco.

Rodolfo Pizarro, Jonathan Urretaviscaya, Stefan Medina y Diego Alonso en el banquillo, todos ex elementos de Pachuca, pero que hoy se deben a la causa regiomontana, que dicho sea de paso, inició el encuentro con la iniciativa y control de la pelota, con intentos de ser verticales y llegar al área rival a velocidad, aunque en la zona de definición, regularmente tomaron decisiones erróneas que les impidieron poder sacar provecho de su superioridad territorial.

Los locales respondieron y se quedaron a centímetros de ponerle número a la casa. Sebastián Palacios puso un centro punzante que Franco Jara estuvo cerca de rematar, pero se quedó corto y la bola siguió de largo.

La Pandilla reaccionó y Rodolfo Pizarro, en una gran jugada colectiva, fue habilitado de forma correcta. Sin marca y de frente al arco de Alfonso Blanco, el flamante refuerzo norteño tenía todo para poner en ventaja a los suyos, mas su definición fue errónea y la mandó por encima.

No solamente Pizarro buscó hacer diferencia como refuerzo de Monterrey. Barovero desde el arco hizo lo propio ya en el complemento, cuando una pelota quedó casi muerta en el área chica tras ser disputada en el aire. Érick Gutiérrez ya se saboreaba el gol, pero “Trapito” salió veloz al achique y consiguió cerrar toda posibilidad de que le rompieran la puerta.

Cuando el duelo había caído en un lapso soporífero y sin nada para destacar, Avilés Hurtado se sacó de a chistera una chilena desde fuera del área luego de que él mismo se acomodó el esférico para tirarse este remate. La bola picó centímetros antes del arco y Blanco no se complicó, mandó a tiro de esquina.

Una jugada después, el mismo Avilés terminaría con el par de roscas. El colombiano amagó con patear de derecha fuera del área, pero avanzó un par de metros más y metió un zurdazo que parecía no llevar nada. La de gajos le jugó una mala pasada a Blanco y le botó antes de llegar a él, aunque eso no le restó responsabilidad, ya que atacó mal el tiro y se le fue casi en sus narices.

La polémica no podía faltar en el inicio del certamen. Y es que en una pelota por elevación al área rayada, Vangioni saltó y bloqueó la pelota con la mano; sin embargo, Diego Montaño decidió no marcar a pesar del berrinche local.

La presión de Pachuca fue en aumento con el correr de los minutos. Franco Jara tuvo la más peligrosa, pero la zaga visitante se revolvió como pudo para alejar el peligro.

En busca de soluciones desde la banca, Ayestarán le dio entrada al joven Francisco Figueroa. El camiseta 19 se tuvo confianza y disparó con violencia. La pelota se elevó y bajó con un efecto endemoniado. Barovero la midió y nunca le hizo confianza de más; se estiró cuan largo es y con un manotazo oportuno impidió el gol del empate.

Ese sería el último aviso de los Tuzos. No encontraron la fórmula para rescatar al menos un punto y se convirtieron en la primera víctima de La Pandilla en la campaña.

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