Como en sus viejos tiempos el filipino, Manny Pacquiao, lució fuerte, poderoso y contundente en cada uno de sus golpes ante un rival que jamás logró descifrar el crucigrama y lograse hacerle daño. Al final ‘Pacman’ logró arrebatarle el cetro peso welter a Lucas Matthysse.

La Arena Axiata de Kuala Lumpur, Malasia, fue la sede en donde Manny dejó en claro que tiene mucho que dar aún en el boxeo, luego de que el año pasado perdiera ante el australiano Jeff Horn.

Bastaron únicamente siete asaltos para que Pacquiao se pusiera el cetro mundial welter, Matthysse quedó estupefacto ante un gigante del boxeo, prácticamente ‘Pacman’ dominó de principio a fin el combate.

El primer asalto fue de estudio, pero Manny tenía otras cosas en mente, la gente empezó a empujado para que atacara al argentino. Era la noche perfecta para lucirse ante las miradas de todos el mundo.

La sorpresa llegó al tercer asalto, Manny golpeó el cuerpo de Lucas y lo mandó a la lona con un jab de derecha y con ello comenzaba la noche de terror para el albiceleste.

‘Pacman’ ganó confianza y empezó a soltarse en el ring, la esquina de Lucas estaban locos por no encontrar la manera de ayudar al pampero a que respondiera la ofensiva del filipino.

Para el quinto asalto, Pacquiao lanzó un volado de derecha y Matthysse volvió a probar la lona, pero fue un “golpe fantasma” porque ni siquiera conectó el rostro de su rival, aún así la caída contó.

Manny disfrutaba de la noche, caminaba y atacaba a placer ante un rival que jamás subió al ring. Fue entonces que la obra llegó a su fin, el tagalo conectó con un upper de izquierda el pecho y mandíbula de Lucas para mandarlo por tercera y última vez a la lona.

De esa Manny mandó un contundente mensaje de que la bestia aún tiene hambre y sobre todo que estará de regreso para defender su título y mostrará que aún tiene mucho que dar en el boxeo ante un argentino inoperante y sobre todo tímido a la hora de atacar y de soltar combinaciones