11, junio 2018 - 17:22
636643411575344819m
El argentino Leo Messi desató hoy la locura en el primer entrenamiento abierto al público de la Albiceleste desde su llegada a Rusia.
Medio millar de personas abarrotaron las gradas del centro de entrenamiento situado a orillas de un pintoresco río con playa fluvial y a escasa distancia de una tradicional iglesia ortodoxa de cúpulas doradas.
Los aficionados no dejaron de corear el nombre del astro barcelonista, al que tiempo que ondeaban sus banderas argentinas y blaugranas, ya que había numerosos seguidores del club catalán.
“Argentina ganará el Mundial. No importa que no sea el mejor equipo, tienen a Messi. Con él todo es posible”, comentó a Efe Dima, un niño de 10 años con la camiseta blaugrana de Messi.
Messi bien merece una larga excursión de dos horas en coche o más de una hora en tren y media hora en taxi para llegar a la localidad de Brónnitsi, unos 60 kilómetros al sureste de Moscú.
Entre los seguidores argentinos, había un hombre de avanzada edad que viajó en bicicleta desde la ciudad de Córdoba hasta Moscú y otro que recorrió los más de 4.000 kilómetros entre Madrid y la capital de este país.
A eso se sumaron los más de 200 reporteros que cubrieron la hora de entrenamiento dirigida muy de cerca por Jorge Sampaoli y que terminó sin incidentes.
Messi decidió agradecer el apoyo y la paciencia de los aficionados al final de la práctica firmando autógrafos y haciéndose fotos con sus incontables admiradores por espacio de casi diez minutos.
Aunque ni siquiera es seguro que vaya a ser titular, Dybala también atajó gran atención entre los aficionados y, aunque ha optado por el retiro dorado en China, Mascherano fue muy solicitado.
Por lo demás, el entrenamiento destacó por la ausencia del sevillista Banega, que aún no se ha recuperado del todo de sus problemas musculares.
Sampaoli no quiso arriesgar con un futbolista clave para la selección después de las lesiones de Lanzini y Romero, aunque según el cuerpo técnico de Argentina Agüero ya se encuentra en plenas condiciones físicas.
Como los pupilos de Sampaoli ya habían tenido un exigente entrenamiento por la mañana, por la tarde se limitaron a ejercitarse suavemente, realizar algunos rondos y jugar un corto partido a medio campo.
Messi era el único que vestía un peto diferente a los demás -rosa- y es que “la pulga” jugó para ambos equipos, cuando estos atacaban.