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8, junio 2018 - 21:48

┃ José Luis Camarillo

morales

Canastota, Nueva York.- El puño derecho de Érik “Terrible” Morales, ese que le dio incontables victorias de antología que a su vez le llevaron a conquistar cuatro cintos de monarca universal del WBC en igual número de divisiones, quedó plasmado este viernes en una especie de caucho (el molde es de un material con hule que se rellena con yeso) que se sumará a las manos de otros inmortales del pugilismo de ayer y hoy. La pieza, ya terminada, será exhibida en el Museo del Salón de la Fama de Canastota, ubicada en esta población.

Junto a Morales, ejecutaron ese mismo acto el ucraniano Vitali Klitschko y el estadounidense Winky Wright, ex campeones del mundo de peso completo y superwelter, respectivamente.

Fue después que el comentarista televisivo Steve Albert cumplió con dicho trámite, cuando tocó el turno a Morales y acto seguido le correspondió a Klitschko, para convertirse este último en el miembro número 300 de este Pabellón de Inmortales.

Aunque no ingresarán al selecto salón esta vez, igualmente se tomaron muestras de las manos de Miguel Cotto, Robert Guerrero y Jarrett Hurd, titular superwelter de la WBA y la IBF.

El “Terrible” nos dijo que precisamente en la mañana de este viernes, a unas horas de inmortalizar su “macana” derecha, evocó los momentos especiales que compartió con su padre y forjador boxístico, José “Olivaritos” Morales, ya que la fecha coincidió con el segundo aniversario de su muerte. “Pensé en escribir tantas cosas en su memoria durante dos horas, que al final solamente le puse ‘Te extraño’. Creo que mi papá hubiera sido el más feliz, más que yo incluso, de estar aquí. Él hubiese vivido este momento con intensidad”.

Morales confesó que le emociona más “sentir el cariño de los niños, de la gente que visito en mi campaña (para diputado federal por Morena en distintos lugares de Baja California). Ahí he sentido el cariño de la gente. Es irónico que ahora de político estoy disfrutando de mis logros en el boxeo. Muchos no me identifican al verme, pero cuando llego a sus casas y les digo ‘mi nombre es Érik Morales’, me abrazan con alegría”.

“Ahora que estoy en campaña -prosiguió-, comienzo a caminar junto a unas cuantas personas y al ratito me sigue una multitud. Me asombra que los niños me expresen simpatía y creo que es porque sus papás veían mis peleas por televisión o las siguen viendo en videos o por YouTube”.

ES ADICTIVO

El”Terrible” reveló: “Me metí al boxeo porque me pareció el camino más fácil para destacar. Te metes y ya no puedes salir. El boxeo es adictivo, es una droga que te jala; es de retos, no te permite decir ‘no’”.

Este sábado, luego de jugar en el torneo de golf, Érik y Marco Antonio Barrera platicarán con el público y firmarán autógrafos junto al Museo del Salón de la Fama. Por la noche asistirán al Banquete de Campeones.