Sven-Goran Eriksson fue categórico en charla con Univisión Deportes sobre su paso por el futbol mexicano dirigiendo al Tricolor en el 2009: “Lo negativo del futbol mexicano, mucha política”.

No se guardó nada: “Mucha política con los dueños de los clubes. Sólo ves a la gente de la Federación que crea problemas”.

Lo sabía: “Pienso que cuando firmé en México, mitad de la Federación no me quería, la otra mitad sí”.

Increíble: “Los partidos se jugaban y tenía que entregar yo un reporte a unas personas, otro reporte a otras; no como en Europa, donde como técnico tienes presidente o una persona con quién hablar de problemas o lo que necesitas. En México, mucha gente”.

Una premisa para volver: “El corazón siempre lo tengo en México. Me costó mucho. Quisiera que hubiera un solo dueño o una persona en Federación para reportarle a ella. Sólo así regresaría”.

Mucho cuestionamiento: “Cuesta trabajo hablar de un partido con diversas personas. Jugamos, ganamos siempre en casa. Fuera, tuvimos algunos problemas, al fin de todo la Federación decidió ‘Eriksson, fuera’”.

El despido: “La Federación tenía temor de no calificar al Mundial. Teníamos perdidos dos fuera. No hay paciencia. Esto pasa”.