Max Verstappen ha pasado de ser una promesa del karting a convertirse en uno de los pilotos más destacados de la Fórmula 1 en apenas cuatro años. El meteórico ascenso del neerlandés, que dio el salto a Toro Rosso directamente desde la Fórmula 3 a pesar de solo tener un año de experiencia en monoplazas, fue posible gracias al interés de Red Bull en el joven piloto. La estructura austriaca no quiso perder la oportunidad de hacerse con el talento de Verstappen y le ofreció algo que no podía rechazar: un asiento en Fórmula 1.

Helmut Marko tiene un gran peso en las decisiones tomadas por Red Bull y contribuyó a que Verstappen ascendiera al equipo principal en el Gran Premio de España de 2016, logrando su primera victoria en Fórmula 1 en su primera carrera con la escudería. El neerlandés reconoce que el asesor de la estructura ha sido una figura muy importante en su carrera deportiva y destaca su labor también en la actualidad.

“Helmut aprovechó la oportunidad y me puso en un Red Bull en Barcelona en 2016. Hubo una división de opiniones, pero ganamos en ese momento y eso fue muy bueno. Helmut es como un segundo padre para mí y creo que él lo ve de la misma forma. Siempre quiere lo mejor para mí y lo ve todo, no se pierde ni un detalle. Si tengo un buen rendimiento, está contento, pero también es honesto cuando la lío y me dice: eso no estuvo bien”, declaró Verstappen en una entrevista en Ziggo Sport.

Red Bull se apresuró en renovar al neerlandés hasta 2020, mientras que todavía está asegurada la continuidad de Daniel Ricciardo en el equipo. Verstappen espera que el australiano siga en el equipo al considerarle un buen rival y compañero. “Es extremadamente bueno. Es un competidor duro en la pista pero nos tratamos con gran respeto. Es complicado ver otra buena relación entre compañeros de equipo en el paddock”, afirmó.